Funcionamiento / Calidad de la limpieza
Antes de nada tengo que reconocer que la situación con esta revisión me ha recordado mucho a la típica escena de las Aventuras de Tom Sawyer pintando la cerca y así he conseguido que María participe tan activamente en esta revisión que me ha costado que me dejase el limpiacristales para «operarlo» por yo mismo 😉
En serio, aunque el VG100 no resulta demasiado pesado (del orden de un kilo) y se puede manejar con una mano si quieres que los cristales queden más limpios …

mejor usa las dos manos… y aprieta fuerte para deslizarlo de arriba a abajo.
Con un poco de maña conseguirás que la parte «verde» de plástico sea capaz de retirar las gotas de agua cuando llegues a la parte inferior. Normalmente con un único «barrido» del cristal debería quedar limpio y sin «churretones» lo que no ha sido nuestro caso ya que con una limpieza de los cristales mensual y viviendo entre la polución de la gran ciudad … la porquería está muy, pero que muy pegada a los cristales 🙁

En cualquier caso lo que sí está claro es que limpiar, limpia como lo demuestra lo sucia que queda la «bayeta» que afortunadamente se puede lavar incluso en la lavadora.

