Durante años, la humanidad ha convivido con la certeza de que el cambio climático avanza de forma implacable. Sin embargo, algunos estudios recientes, como los recogidos por Weather Fox, han apuntado a señales de desaceleración o posibles cambios en ciertas tendencias globales del clima. ¿Significa esto que el calentamiento global podría estar revirtiéndose? ¿Podría la Tierra estar “corrigiendo” parte del daño? Aunque la ciencia observa matices, en España la realidad sigue marcada por olas de calor cada vez más extremas, incendios forestales y fenómenos de sequía e inundaciones que no parecen mejorar. En este artículo analizamos estos hallazgos, explicamos la situación climática en España con datos actuales y enlazamos fuentes fiables para que puedas profundizar más en el tema.
Las nuevas investigaciones sobre un posible frenazo climático
Un reciente análisis publicado en Weather Fox plantea la hipótesis de que ciertos factores podrían estar ralentizando, al menos temporalmente, el avance del cambio climático. Se menciona, por ejemplo, la mayor absorción de dióxido de carbono por parte de los océanos y un aumento inesperado de la capacidad de almacenamiento de carbono en suelos y ecosistemas forestales. También se estudia el papel de la capa de hielo antártica, que habría mostrado comportamientos más estables de lo previsto en algunas mediciones puntuales, aunque no generalizadas.
No obstante, los mismos científicos advierten que estos posibles frenos no constituyen una reversión completa ni sostenida. El calentamiento global sigue presente, impulsado sobre todo por la quema de combustibles fósiles y la deforestación. El informe recuerda que lo que observamos en periodos cortos puede ser una simple fluctuación, y no una tendencia estructural que indique que el clima está mejorando de forma definitiva. En otras palabras, aunque haya años algo más suaves o comportamientos atípicos de los ecosistemas, no hay base científica para afirmar que el problema del cambio climático esté resuelto.
España: olas de calor y récords históricos
Mientras tanto, España vive una de las situaciones más preocupantes de Europa en cuanto a cambio climático. Este mismo año, junio de 2025, se ha registrado una intensa ola de calor con temperaturas récord: en Huelva se alcanzaron 46 °C, y Barcelona superó los 37,9 °C, el valor más alto en un mes de junio desde 1914 . La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha alertado de un aumento progresivo de la duración y la frecuencia de estos episodios, que ya ocupan más del 16 % del verano y podrían llegar al 22 % hacia finales de siglo.
Estas olas de calor traen consigo impactos muy graves en salud, sobre todo en personas mayores y colectivos vulnerables, y favorecen además la proliferación de incendios forestales. En Cataluña, un episodio extremo de calor y sequedad ha desencadenado incendios que arrasaron centenares de hectáreas y provocaron al menos dos víctimas mortales. Lejos de mostrar signos de revertirse, este patrón se intensifica, haciendo de España uno de los países europeos más amenazados por las olas de calor extremo.
Sequías e inundaciones: el otro gran desafío español
A la par de las olas de calor, España sufre cada vez más fenómenos de sequía extrema alternados con lluvias torrenciales. Tras una sequía de cuatro años, en la primavera de 2025 se registraron lluvias históricas que provocaron graves inundaciones en la Comunidad Valenciana, con más de 230 fallecidos y daños estimados en 10.700 millones de euros. Este mismo año, lluvias intensas en el este peninsular pusieron fin temporalmente a la sequía, pero dejaron barrios enteros bajo el agua y miles de personas afectadas.
Los expertos del Ministerio para la Transición Ecológica subrayan que estos contrastes extremos —sequía prolongada seguida de lluvias devastadoras— son otra evidencia de la alteración del ciclo hidrológico causada por el cambio climático. El suelo reseco no logra absorber las lluvias cuando llegan de forma violenta, y esto convierte cualquier temporal en una amenaza de riadas e inundaciones.
Tendencias a largo plazo: España se calienta más rápido
Los datos son contundentes. Desde 1961 hasta 2023, la temperatura media en España ha subido alrededor de 1,6 °C, mientras que las precipitaciones se han reducido en torno a un 9 %. Además, el Mediterráneo se está calentando entre dos y tres veces más rápido que la media mundial, lo que afecta a la biodiversidad marina y al equilibrio de las corrientes costeras.
También en alta montaña se perciben cambios dramáticos: los glaciares pirenaicos y la nieve en los Picos de Europa retroceden a un ritmo récord, comprometiendo la disponibilidad de agua en verano. Estas transformaciones apuntan a que el clima español está evolucionando hacia un escenario más árido y con mayor riesgo de desertificación, especialmente en la mitad sur peninsular.
La Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en 2021 (fuente), busca frenar estas tendencias con medidas de descarbonización y adaptación, aunque los retos son inmensos y se necesita acelerar la implementación para evitar consecuencias irreversibles.
Conclusión: ¿reversión o espejismo?
En resumen, los hallazgos recientes sobre una posible ralentización global del cambio climático son interesantes y merecen estudiarse en profundidad. Sin embargo, en España no se aprecia ninguna señal de reversión real: al contrario, las olas de calor, incendios forestales, sequías y lluvias extremas son cada vez más frecuentes e intensas. La ciencia internacional advierte de que pequeños descensos de temperatura o de emisiones en un periodo corto no equivalen a una recuperación completa del sistema climático.
Por tanto, aunque haya estudios optimistas que analicen factores de absorción de carbono o fluctuaciones de la temperatura global, la trayectoria sigue apuntando a un cambio climático severo, especialmente en regiones como España, extremadamente vulnerables a la desertificación y la escasez de agua.
