La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca las células beta del páncreas que producen insulina, lo que hace que se secrete poca o ninguna insulina. Por ello, los diabéticos tipo 1, y algunos diabéticos tipo 2, tienen que inyectarse insulina varias veces al día.

Por otra parte muchos diabéticos toman dos tipos de insulina: de acción rápida y de acción lenta. Después de inyectarse, la insulina de acción rápida se absorbe rápidamente y se usa para controlar los niveles de glucosa en sangre durante las comidas y  para corregir los niveles altos de glucosa en sangre. Mientras tanto, la insulina de acción prolongada generalmente se administra una vez al día. Se absorbe lentamente y proporciona un nivel de insulina de «fondo» para ayudar a controlar la glucosa en sangre durante el día.

Un equipo de científicos de la Universidad RMIT en Melbourne ha desarrollado una nueva cápsula oral capaz de administrar insulina que se ha mostrado prometedora como una nueva forma de administrar el fármaco.

Los intentos anteriores de desarrollar una insulina administrada por vía oral han encontrado que los niveles severos de pH en el tracto gastrointestinal degradan los péptidos constituyentes de la insulina, lo que hace que el fármaco pierda su función. Otros medicamentos proteicos se encuentran con la misma dificultad.

Todo pasa por el pH

Para solucionar este problema, los científicos encapsularon la insulina en un nanomaterial basado en lípidos colocado dentro de una cápsula con recubrimiento polimérico que la protege contra el bajo pH (alta acidez) del estómago.

De esa forma la insulina puede pasar camuflada las paredes intestinales antes de que los niveles más elevados del pH del intestino delgado disuelvan su «carcasa» liberando la insulina allí donde hace falta.

Los científicos probaron el rendimiento de la cápsula en estudios con animales usando insulina de acción rápida y lenta.

Si bien la cápsula de insulina de acción rápida se absorbió bien, hubo un retraso significativo en el tiempo que tardó en hacer efecto la insulina en comparación con la administración mediante inyección, lo que la hizo poco práctica. Se lograron resultados más prometedores usando la cápsula de insulina de acción lenta.

Los científicos defienden que el diseño de su cápsula es «un punto de partida prometedor» para la administración no invasiva de insulina y podría usarse para administrar otros medicamentos proteicos, como antibióticos o anticuerpos monoclonales que se usan para tratar el cáncer.

Planean mejorar el diseño, para desarrollar una forma de dosificación durante períodos de tiempo específicos antes de pasar a los ensayos en humanos.

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