Un equipo de investigadores de las Universidades Northwestern y  de la de Texas en Austin (UT) ha desarrollado un nuevo implante cardíaco de grafeno que tiene aproximadamente el grosor de un mechón de cabello y monitorea y corrige los ritmos cardíacos anormales usando luz.

Hasta ahora las arritmias cardíacas se trataban comúnmente con marcapasos y desfibriladores implantables, que controlan y corrigen los ritmos anormales. El problema de estos dispositivos es que son rígidos y pueden constreñir el corazón, causando lesiones e incomodidad y aumentando el riesgo de complicaciones como hinchazón, perforación, coágulos de sangre e infecciones.
El nuevo marcapasos es el primero hecho de grafeno … fuerte, liviano y biocompatible y el más delgado hasta la fecha. A diferencia de los marcapasos y desfibriladores implantables existentes, este de grafeno se amolda al tejido del corazón y es lo suficientemente fuerte como para soportar los rigores de un corazón latiendo.

Los investigadores de la UT ya estaban desarrollando un tatuaje electrónico de grafeno con capacidades de detección que se adhiere a la piel para monitorear continuamente signos vitales como la presión arterial y la actividad eléctrica. Para el estudio actual, los investigadores utilizaron el diseño de tatuaje electrónico de UT para desarrollar un dispositivo que pudiera operar dentro del cuerpo.

Comenzaron encerrando el tatuaje electrónico en una membrana de silicona flexible, luego colocaron una delgada cinta de oro, de aproximadamente 10 micrones de espesor, sobre él. El oro actúa como conexión eléctrica entre el grafeno y la electrónica utilizada para medir y estimular el corazón. En total, el grosor total del dispositivo era de unas 100 micras poco mayor que el cabello humano que en promedio tiene alrededor de 70 micrones de espesor.

Los investigadores probaron su dispositivo en ratas y descubrieron que podía detectar con precisión las arritmias y luego administrar estimulación eléctrica sin restringir el movimiento natural del corazón. Se mantuvo estable en un corazón que latía activamente, a la temperatura corporal, durante 60 días, casi al mismo tiempo que los marcapasos temporales se usan como puente para los marcapasos permanentes.

Además, la transparencia del dispositivo ofrece aún más ventajas, dicen los investigadores, que usaron la luz para monitorear y controlar el ritmo cardíaco (optocardiografía) en sus ratas. La estimulación óptica es una forma más precisa de corregir las arritmias que la estimulación eléctrica y, con la luz, se pueden rastrear enzimas específicas e investigar las células cardíacas, nerviosas y musculares.

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