La Universidad de Stanford y la Universidad de Carolina del Norte están trabajando en el desarrollo de un parche de vacuna de microagujas (impresas 3D, claro) que ofrece una respuesta inmune más fuerte que una vacuna de inyección al aplicarlo directamente sobre la piel, que está llena de células inmunitarias a las que se dirigen las vacunas.

La respuesta inmune resultante del parche de vacuna fue 10 veces mayor que la vacuna administrada en el músculo del brazo con un pinchazo de aguja, según un estudio realizado en animales.

Se considera un gran avance las microagujas impresas en 3D alineadas en un parche de polímero y apenas lo suficientemente largas para llegar a la piel para administrar la vacuna.

La facilidad y eficacia de un parche de vacuna marca el rumbo de una nueva forma de administrar vacunas que es indolora, menos invasiva que una inyección, no requiere almacenamiento en frío y puede autoadministrarse.

Los resultados del estudio muestran que el parche de la vacuna generó una respuesta significativa de anticuerpos específicos de antígenos y células T que fue 50 veces mayor que una inyección subcutánea administrada debajo de la piel.

Esa respuesta inmune aumentada podría conducir a un ahorro de dosis, con un parche de vacuna de microagujas que usa una dosis más pequeña para generar una respuesta inmune similar a la de una vacuna administrada con una aguja y una jeringa.

A través de la impresión 3D, las microagujas se pueden personalizar fácilmente para desarrollar varios parches de vacuna para la gripe, el sarampión, la hepatitis o las vacunas COVID-19.

Sin embargo, el moldeado de microagujas no es muy versátil y los inconvenientes incluyen una menor nitidez de la aguja durante la replicación.

El equipo de microbiólogos e ingenieros químicos continúa innovando mediante la formulación de vacunas de ARN, como las vacunas Pfizer y Moderna COVID-19, en parches de microagujas para futuras pruebas.