Investigadores de los Paises Bajos han dado un paso importante en el «cerebro cuántico» al demostrar que pueden modelar e interconectar una red de átomos individuales e imitar el comportamiento autónomo de neuronas y sinapsis en un cerebro.
Para que la inteligencia artificial funcione una computadora debe ser capaz de reconocer patrones en el mundo y aprender nuevos durante el proceso de «entrenamiento».
Los ordenadores de hoy hacen esto a través de un software de aprendizaje automático que controla el almacenamiento y procesamiento de información en un discos… a costa de un elevado consumo energético.
Los físicos de la Universidad holandesa investigaron si una pieza de hardware podría hacer lo mismo sin la necesidad de software. Descubrieron que al construir una red de átomos de cobalto en fósforo negro era posible construir un material que almacena y procesa información de manera similar al cerebro y, lo que es aún más sorprendente, se adapta a sí mismo.
El mismo grupo de investigación ya en el 2018 consiguieron demostrar que era posible almacenar información en el estado de un solo átomo de cobalto.
Aplicando un voltaje al átomo, podrían inducir el «disparo», donde el átomo se desplaza entre un valor de 0 y 1 al azar, al igual que una neurona.
Ahora han descubierto una forma de crear conjuntos personalizados de estos átomos y que el comportamiento de disparo de estos conjuntos imita el comportamiento de un modelo similar al cerebro utilizado en Inteligencia Artificial.
Además de observar el comportamiento de las neuronas en punta, pudieron crear la sinapsis más pequeña conocida hasta la fecha.
Sin saberlo, observaron que estos conjuntos tenían una propiedad adaptativa inherente: sus sinapsis cambiaban su comportamiento dependiendo de la entrada que se les «mostraba».
Los investigadores ahora planean ampliar el sistema y construir una red más grande de átomos, así como sumergirse en nuevos materiales «cuánticos» que se pueden usar.
Además, deben comprender por qué la red de átomos se comporta como lo hace ya que, como ellos mismos dicen, solo cuando entendamos cómo funciona, y eso deja de ser un misterio, podremos ajustar su comportamiento y comenzar a desarrollarlo en una tecnología.
