Aunque parezca mentira la foto que ilustra esta noticia no corresponde a nuestro úlitmo vuelo de dron por la nevada España sino a un reciente proyecto de la Universidad de Stanford que ha ideado y probado con éxito en la Antártida para usar múltiples drones en una misma inspección. Ello evita los problemas derivados de usar un solo dron.

De esa forma se puede llevar el control de las colonias de pinguinos sin necesidad de emplear caros helicópteros que además les molestan con el ruido de sus aspas.

Por otro lado, el uso de un único dron para la inspección consume mucho tiempo. Además, debido a que los drones deben comenzar a volar desde lo bastante lejos (a unos cinco kilómetros de la colonia) como para que la presencia de los humanos que preparan la operación no asuste a los animales, eso dificulta aún más realizar una misión completa. El dron debe volar hacia la colonia, sobre ella y de vuelta a donde aguardan los humanos, con solo entre 12 y 15 minutos de suministro energético de la batería. La continua amenaza de cambios repentinos en las condiciones de vuelo complica aún más las cosas.

La clave para coordinar debidamente la actividad de diversos drones es un algoritmo único de planificación de rutas desarrollado por los investigadores de Stanford. El algoritmo fracciona el espacio a inspeccionar, asigna puntos de destino a cada dron y calcula cómo mover los drones a través de esos puntos de la manera más eficiente, limitando los retrocesos y los viajes redundantes… o sea una versión moderna aplicada a pigüinos y drones del clásico problema de optimización del TSP (Travelling Salesman Problem).

El algoritmo también mantiene una distancia segura y constante de los drones al suelo, a pesar de los cambios de elevación, y tiene un porcentaje regulable de superposición de campos de captación de imágenes para asegurar que la inspección total cubre todo el terreno.

Es importante inspeccionar las colonias de pingüinos como medida de protección para detectar posibles problemas en los animales. A tal fin, conviene saber el tamaño de cada población, las tasas de natalidad y la densidad de anidación.

En las pruebas realizadas en la Antártida, se ha logrado repetidamente realizar inspecciones detalladas de aproximadamente 300.000 parejas de pingüinos de Adelia que anidan en una zona de 2 kilómetros cuadrados en el cabo Crozier y otra colonia más pequeña de unas 3.000 parejas anidando en el cabo Royds.

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