Una nueva investigación ha identificado un vínculo entre la complejidad vascular en la retina del ojo y el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, o en otras palabras, un ataque al corazón.
Pronto, los escáneres de retina podrán predecir ataques cardíacos. Una nueva investigación ha encontrado que la disminución de la complejidad en los vasos sanguíneos en la parte posterior de la retina en el ojo humano es un biomarcador temprano para el infarto de miocardio (IM).
El proyecto utilizó datos del Biobanco del Reino Unido , que contiene datos demográficos, epidemiológicos, clínicos y de genotipado, así como imágenes de retina, de más de 500 000 personas. Además de los datos demográficos, los datos incluían la edad, el sexo, los hábitos de fumar, la presión arterial sistólica y el índice de masa corporal (IMC) de las personas.
Los investigadores identificaron a unos 38.000 participantes británicos blancos, cuyas retinas habían sido escaneadas y que luego sufrieron ataques cardíacos. El biobanco proporcionó imágenes de fondo de retina e información de genotipado de estos individuos.
En la parte posterior de la retina, a cada lado donde se conecta con el nervio óptico, hay dos grandes sistemas de vasos sanguíneos o vasculatura. En un individuo sano, cada uno se parece a la rama de un árbol, con una geometría fractal sumamente compleja.
Para algunas personas, sin embargo, esta complejidad está prácticamente ausente y la ramificación se simplifica enormemente.
En esta investigación, un modelo de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje profundo (deep learning) reveló una conexión entre la baja complejidad vascular de la retina y la enfermedad de las arterias coronarias.
El modelo de IA tuvo un éxito moderado cuando se consideró solo la densidad vascular aunque mejoró de forma significtativa cuando se incluían datos demográficos (como la edad y el sexo) y con modelos de riesgo establecidos.
Un tercer factor mejoró aún más el poder predictivo del modelo de los investigadores: El análisis genético mostró que cuatro regiones genéticas asociadas con la complejidad vascular de la retina tienen un papel en los procesos biológicos relacionados con el IM.
374