El Ploopy Knob es un dial personalizable de código abierto diseñado para funcionar con ordenadores de sobremesa y portátiles, ideal para tareas de edición, control multimedia o entornos CAD. Su propuesta se basa en ofrecer un dispositivo de hardware abierto y firmware libre, con una experiencia de usuario flexible gracias a la posibilidad de personalizar tanto el comportamiento del dial como los botones integrados. Su precio, que ronda los 49 dólares, lo sitúa como una alternativa asequible para entusiastas de la productividad y creadores de contenido que buscan un controlador físico adaptado a sus flujos de trabajo.
Un dial con espíritu maker
El Ploopy Knob ha nacido en el seno de la comunidad maker y se nota. Con un diseño de hardware abierto (licencia CERN-OHL) y firmware open source (QMK), este dial se convierte en una pieza extremadamente atractiva para quienes desean profundizar en la personalización de su experiencia informática. El dispositivo se basa en un microcontrolador ATmega32U4 y un codificador rotatorio de alta resolución, que permite un seguimiento preciso de la rotación con una resolución de pasos realmente consistente.
Se apoya en el firmware QMK, ampliamente conocido en el mundo de los teclados mecánicos, lo que habilita una personalización exhaustiva: desde el tipo de aceleración de la rotación hasta la asignación de funciones específicas para pulsaciones de los botones. Técnicamente, el codificador rotatorio principal envía señales de hasta 24 pasos por vuelta, traduciéndose en una capacidad de ajuste extremadamente fina, idónea para trabajar con editores de audio o de vídeo donde el control de fotogramas o de pistas requiere una precisión casi quirúrgica.
¿Qué aporta frente a otros controladores?
El mercado de diales o controladores giratorios no es precisamente nuevo, pero el Ploopy Knob tiene un enfoque diferente. Por un lado, todo su diseño es libre y abierto, de modo que cualquiera puede modificarlo o incluso fabricar sus propias placas PCB. Esto contrasta con dispositivos comerciales cerrados como el Surface Dial de Microsoft, donde el firmware no es modificable.
Por otro lado, la integración con QMK, ya probada en teclados programables, abre la puerta a una comunidad entera de desarrolladores y entusiastas que pueden aportar configuraciones, macros y perfiles predefinidos. El usuario medio podrá, con un poco de curiosidad, adaptar la respuesta del dial para que funcione de forma lineal, con aceleración variable o incluso con un retardo específico según la rotación. En términos de cifras, su precio de 49 dólares le sitúa en una gama de entrada que puede competir con controladores de estudio que superan fácilmente los 100 euros.
Diseñado para durar y para ser reparado
Otro aspecto que destaca del Ploopy Knob es su reparabilidad. La carcasa impresa en 3D y el diseño modular permiten que el usuario sustituya piezas como el codificador rotatorio o los pulsadores con herramientas básicas. Esta filosofía se alinea con el movimiento right-to-repair (derecho a reparar), cada vez más relevante para frenar la obsolescencia prematura de dispositivos de entrada.
Ploopy ha hecho públicos todos los archivos de diseño mecánico y esquemas eléctricos, lo que implica que se podrían producir placas de repuesto incluso años después de que el producto deje de venderse comercialmente. En términos de sostenibilidad y circularidad tecnológica, es una ventaja real frente a productos cerrados.
Aplicaciones prácticas y perfil de usuario
Quienes editen vídeo, música o modelado 3D suelen agradecer la precisión de un dial físico frente al control con ratón o trackpad. Con el Ploopy Knob, es posible asignar, por ejemplo, la rotación para desplazarse en la línea de tiempo de DaVinci Resolve, o usar el botón integrado como acceso rápido a atajos de exportación. La combinación de giros con pulsaciones (incluso pulsación prolongada) multiplica la cantidad de comandos que puede ejecutar un solo dispositivo.
Además, el Ploopy Knob es compatible con prácticamente cualquier sistema operativo que soporte dispositivos HID (Human Interface Device), lo que le confiere una versatilidad total en Windows, macOS o Linux. Esto se traduce en un público objetivo bastante amplio: desarrolladores, ingenieros, diseñadores gráficos, editores de sonido o incluso streamers que busquen controlar escenas y transiciones de forma más ágil.
Montaje y personalización
Ploopy comercializa el Knob montado o en forma de kit, de modo que el propio usuario puede ensamblar su dispositivo si le atrae el proceso de montaje. Para los más técnicos, es posible compilar y flashear el firmware a medida con QMK, adaptando cada parámetro de lectura de pulsos, respuesta de aceleración o interacción de los botones laterales.
En términos electrónicos, el uso del ATmega32U4 como cerebro principal permite aprovechar la comunidad existente de desarrolladores de teclados personalizados, dado que es un chip muy conocido y bien documentado. Esto facilita enormemente la creación de perfiles avanzados, con funciones que pueden variar en tiempo real o que dependan de la presión sostenida del botón, generando comportamientos dinámicos adaptados a cada software.
Reflexiones adicionales
El Ploopy Knob encarna perfectamente la filosofía de la electrónica abierta y personalizable, orientada a quienes no se conforman con un producto cerrado y quieren ir un paso más allá en el control físico del ordenador. Su orientación a entusiastas no excluye, sin embargo, a profesionales que necesitan una herramienta robusta y flexible sin tener que gastar cifras desorbitadas.
La tendencia hacia dispositivos de entrada con firmware libre probablemente siga creciendo, dado que la comunidad maker reclama cada vez más opciones de personalización profunda. La propia posibilidad de recompilar el firmware QMK, por ejemplo con cambios en la latencia de lectura del encoder o en el retardo de activación de macros, convierte al Knob en una herramienta extremadamente versátil.
Ploopy ha conseguido posicionar su producto como un puente entre la comunidad de teclados mecánicos programables y los controladores de estudio, aprovechando tecnologías probadas como el protocolo HID estándar, la electrónica modular y la impresión 3D para democratizar el acceso a estos dispositivos.
