La firma británica D3O ha lanzado recientemente su tecnología Halo, un innovador sistema de protección interna diseñado para cascos de motocicleta y uso militar. Este componente no es visible desde fuera, pero juega un papel clave dentro del casco: se trata de una capa de acolchado técnico colocada en la parte interior, en contacto con la cabeza del usuario, que actúa como escudo frente a impactos. Su particularidad radica en estar fabricado con un material inteligente basado en fluidos no newtonianos, capaces de adaptarse dinámicamente al tipo de fuerza que reciben.

El sistema Halo no solo destaca por su capacidad para absorber energía de forma superior a lo habitual, sino también por su ligereza, capacidad de ventilación y consistencia bajo condiciones térmicas extremas. Con solo 84 gramos de peso, y un rendimiento que supera en un 33 % los requisitos del estándar militar estadounidense AR/PD 10-02, este sistema interior se convierte en una pieza clave en la evolución de los cascos modernos. A diferencia de los acolchados tradicionales que ofrecen una protección más rígida o menos homogénea, Halo utiliza una estructura de polímero avanzada que permanece blanda hasta el momento en que se necesita su rigidez. Esta combinación de confort y seguridad adaptativa es lo que lo convierte en una solución tan destacada.

¿Qué es exactamente el sistema Halo de D3O?

Aunque muchas personas conocen bien la carcasa exterior de un casco —la parte rígida que lo cubre por fuera—, pocos prestan atención al diseño del interior, donde realmente se amortiguan los impactos. El sistema Halo de D3O actúa como un forro / capa interior o acolchado de protección avanzada que sustituye a las espumas convencionales. Está formado por una estructura modular de polímero blando que, al recibir un golpe, se endurece de forma instantánea para disipar la energía y proteger el cráneo.

Este comportamiento inteligente del material es posible gracias al uso de fluidos no newtonianos, una categoría especial de sustancias que no responden a la presión como lo haría un líquido o sólido corriente. Es decir, el material está diseñado para ser cómodo y flexible durante su uso normal, pero cambiar bruscamente de propiedades mecánicas al detectar un impacto repentino. Esta reacción ocurre en milisegundos, lo que protege la cabeza de forma casi inmediata.

Principales cifras técnicas:

  • Peso total del sistema Halo: 84 g

  • Capacidad de absorción de impacto: un 33 % superior al estándar AR/PD 10-02

  • Comportamiento térmico estable: solo 14 g de variación entre frío y calor (frente a más de 40 g en la competencia)

  • Canales de ventilación integrados: 12

  • Opciones de grosor: 0,75” y 1”, adaptables al tamaño de casco

  • Material textil: antibacteriano y compatible con normativas MILSPEC

Fluidos no newtonianos: ciencia que se adapta al impacto

Uno de los elementos más fascinantes de esta tecnología es su base física: los fluidos no newtonianos. En términos sencillos, son sustancias que cambian su comportamiento dependiendo de la fuerza que se les aplique. A baja presión o esfuerzo, actúan como un fluido viscoso; pero cuando se les somete a un golpe rápido o fuerte, se comportan como un sólido rígido.

En el caso del sistema Halo, el acolchado interior del casco está fabricado con un polímero no newtoniano formulado específicamente por D3O. Este polímero está formado por moléculas que pueden deslizarse unas sobre otras bajo presión leve, pero se bloquean mutuamente al recibir una fuerza repentina, como ocurre en una colisión. El resultado es una estructura que se endurece donde y cuando es necesario, absorbiendo la energía del impacto de forma eficiente.

Este efecto puede medirse de forma cuantitativa. En pruebas de laboratorio, el sistema Halo reduce la energía transmitida al cráneo en hasta un 33 % más que los acolchados tradicionales. Además, mantiene un rendimiento casi constante con variaciones térmicas importantes, algo que muchos materiales no consiguen.

Más que protección: ventilación, ergonomía y modularidad

Además de proteger eficazmente en caso de accidente, el sistema Halo ha sido diseñado pensando en la comodidad del usuario. Su estructura incorpora 12 canales de ventilación que permiten que el aire circule con fluidez, evitando acumulación de calor y sudor, especialmente en desplazamientos largos o en climas cálidos.

Otro aspecto destacable es la personalización del ajuste. A diferencia de los acolchados tradicionales, que pueden comprimirse con el tiempo o no ajustarse del todo bien, Halo ofrece versiones con diferente grosor y una configuración modular que mejora el contacto con el cráneo sin generar puntos de presión incómodos. El sistema incluye también ranuras para la integración de auriculares o sistemas de comunicación, algo que se valora especialmente en el ámbito militar o de la conducción prolongada.

Por último, el material textil que recubre el polímero cumple con especificaciones antibacterianas de nivel militar, lo que contribuye a la higiene interior del casco, una cuestión importante si se usa durante muchas horas o días consecutivos.

Sistema AMP: protección también frente a impactos menores

D3O ha presentado junto al sistema Halo una solución complementaria denominada AMP, orientada a mitigar los efectos de impactos de baja intensidad. Aunque los cascos modernos están optimizados para resistir colisiones graves, muchos accidentes y lesiones en la cabeza son provocados por impactos menos severos, como caídas desde la moto en parado, golpes con ramas o sacudidas repetidas.

AMP proporciona una capa adicional de protección secundaria, capaz de absorber estos microimpactos sin añadir peso ni rigidez innecesaria al conjunto. Esta doble capa de seguridad (Halo para impactos críticos y AMP para impactos leves) representa un enfoque integral que reconoce la diversidad de situaciones que puede enfrentar un usuario.

¿Qué implicaciones tiene esta tecnología?

La aparición del sistema Halo representa un punto de inflexión en el diseño de cascos de protección. Tradicionalmente, los avances se han centrado en la carcasa exterior (más resistente, más ligera), mientras que el interior se ha basado en espumas de densidad fija. D3O propone ahora una tercera vía, con un sistema interior dinámico que responde a las condiciones del entorno y del impacto.

Esta tecnología tiene aplicaciones potenciales más allá del motociclismo o el uso militar. El auge de la movilidad urbana con bicicletas eléctricas, patinetes y vehículos ligeros hace que un número creciente de personas necesite cascos cómodos pero eficaces. También podría ser aplicada en el diseño de cascos para deportes extremos, construcción civil o incluso en productos infantiles.

Además, el enfoque modular y ligero de D3O permite una mayor personalización, lo que podría fomentar el uso de cascos entre personas que hasta ahora los evitaban por incomodidad. En definitiva, el sistema Halo es un buen ejemplo de cómo la ciencia de materiales puede dar lugar a productos más adaptativos, más eficientes y con un mejor equilibrio entre protección y confort.

Reflexiones finales

La propuesta de D3O con el sistema Halo no es simplemente una mejora incremental, sino una reconfiguración del papel que juega la estructura interior de un casco. Al introducir un acolchado técnico que responde a la física del impacto y que se adapta dinámicamente a cada situación, se mejora no solo la seguridad, sino también la experiencia del usuario. Es una aproximación basada en datos, pruebas de laboratorio y propiedades físicas concretas.

El uso de fluidos no newtonianos en este contexto no es solo una curiosidad científica, sino una solución práctica a un problema real: cómo proteger el cráneo humano de fuerzas imprevisibles, sin sacrificar ligereza, ventilación ni comodidad. Halo demuestra que los avances más relevantes en seguridad no siempre vienen de lo visible, sino de lo que hay bajo la superficie.

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