BUG es un dispositivo USB compacto diseñado para hacking ético, automatización y desarrollo, creado por ELEC-BUDDY y financiado mediante Kickstarter. Disponible en versiones con RP2040, ESP32-S3 y STM32, combina emulación de teclado y ratón (HID), conectividad inalámbrica (en el modelo ESP32-S3) y almacenamiento interno de hasta 128 MB. Su carcasa impresa en 3D, botón físico y compatibilidad con CircuitPython, Arduino y Duckyscript lo hacen ideal para pruebas de penetración, educación y proyectos IoT. Con un precio que ronda los 20 a 30 €, ofrece un equilibrio excepcional entre portabilidad, funcionalidad y accesibilidad.
BUG: Un mini dispositivo USB para múltiples usos
El BUG no es simplemente un microcontrolador embutido en un puerto USB. Es una herramienta funcional, optimizada y diseñada con atención al detalle. Su capacidad para emular dispositivos HID (Human Interface Device) lo convierte en un instrumento poderoso en auditorías de seguridad, ya que puede simular la entrada de teclado y ratón sin necesidad de permisos elevados.
Esto significa que puede ejecutar comandos en una máquina tan pronto como se conecta. Por ejemplo, con un script HID en Duckyscript puede lanzarse una terminal de comandos, descargar un archivo malicioso, modificar claves de registro o incluso abrir una puerta trasera. Todo esto en apenas 5 a 10 segundos desde que el dispositivo se enchufa.
Los tres modelos disponibles permiten que el usuario elija el que mejor se adapta a sus necesidades:
RP2040: ofrece excelente soporte para CircuitPython, es económico y tiene un bajo consumo energético. Aunque carece de conectividad inalámbrica, es perfecto para scripts HID y automatización simple.
ESP32-S3: añade conectividad Wi-Fi y Bluetooth LE. Se convierte en una herramienta ideal para auditorías inalámbricas, ataques tipo Evil Twin o simplemente para control remoto.
STM32: menos común para principiantes, pero robusto para usuarios avanzados que desean compatibilidad con herramientas como STM32CubeIDE, y una mayor eficiencia energética y opciones de seguridad a bajo nivel.
Diseño compacto, pero con múltiples opciones
El BUG tiene un diseño físico realmente práctico. Su carcasa de policarbonato impresa en 3D tiene bordes suaves, protege los componentes internos y además ofrece accesibilidad para modificaciones. En un lateral, incorpora un botón programable (para lanzar scripts manualmente) y un interruptor de encendido/apagado. El modelo ESP32-S3 incluye además un conector U.FL para añadir una antena externa, mejorando su alcance inalámbrico.
Tiene un conector para módulos de almacenamiento flash de hasta 128 MB. Esto permite almacenar cargas útiles directamente en el dispositivo, sin necesidad de acceder a internet para descargar scripts.
Por otra parte, a través de los pines GPIO expuestos, se pueden conectar sensores, relés, LEDs, pulsadores o incluso pantallas OLED. Esto convierte al BUG en una plataforma de desarrollo para IoT en miniatura, con múltiples posibilidades más allá del hacking.
Además, su compatibilidad con IDEs como Arduino, PlatformIO, ESP-IDF y CircuitPython lo hace especialmente atractivo para usuarios técnicos. Puedes escribir código en Python, C o C++ dependiendo del firmware cargado, facilitando la curva de entrada.
Comparación con otros dispositivos de su categoría
Uno de los aspectos más relevantes del BUG es su posicionamiento entre productos existentes. Si lo comparamos con otras herramientas de ciberseguridad como Rubber Ducky, Flipper Zero o Digispark, su valor añadido queda claro:
Dispositivo | MCU | Conectividad | HID | Precio aproximado | Almacenamiento |
---|---|---|---|---|---|
BUG (RP2040) | RP2040 | No | Sí | 19-24 € | Hasta 128 MB |
BUG (ESP32-S3) | ESP32-S3 | Wi-Fi/BLE | Sí | 24-29 € | Hasta 128 MB |
Flipper Zero | STM32WB55 | IR, RF, BT | Sí | 150-200 € | 256 KB + SD |
Rubber Ducky | ATMEGA32U4 | No | Sí | 40-60 € | microSD externa |
Digispark | ATTINY85 | No | Limitado | 4-6 € | 6 KB Flash |
Flipper Zero es sin duda el más completo, pero también el más caro. BUG no lo reemplaza, pero sí ofrece muchas de las funcionalidades útiles en escenarios cotidianos, por una fracción del precio. Además, es completamente open-source, lo cual no siempre es el caso en estas plataformas.
Rubber Ducky, por su parte, fue uno de los pioneros en este ámbito, pero su coste ha ido aumentando y no ofrece tanta versatilidad como BUG. Digispark es extremadamente barato, pero su memoria y capacidad son muy limitadas.
Aplicaciones prácticas del BUG
El dispositivo no se limita a un único uso. En realidad, sus aplicaciones son múltiples y dependen en gran medida del entorno en el que se utilice. Aquí repasamos algunos de los usos más destacados:
1. Hacking ético y auditorías de seguridad
El caso de uso más obvio. BUG puede simular ataques de tipo BadUSB, que aprovechan la confianza que los sistemas tienen en los dispositivos HID. Un script bien programado puede, por ejemplo:
Abrir una terminal con privilegios de administrador.
Insertar líneas de código que desactiven el antivirus.
Descargar y ejecutar malware desde un servidor remoto.
Todo esto sin que el sistema detecte el comportamiento como malicioso, ya que simula ser simplemente un teclado.
2. Automatización de flujos de trabajo
No todo es hacking. Muchas personas utilizan dispositivos como este para tareas repetitivas: introducir comandos, abrir programas, configurar entornos de trabajo o lanzar scripts al conectar el dispositivo. La velocidad de ejecución y su portabilidad lo hacen muy útil para desarrolladores y administradores de sistemas.
3. Formación y educación
BUG también puede ser una excelente herramienta didáctica. Tanto para enseñar microcontroladores como para comprender conceptos de ciberseguridad ofensiva, este tipo de dispositivo permite una enseñanza práctica y tangible. Su bajo coste lo hace viable para proyectos escolares y universitarios.
4. IoT y control de dispositivos físicos
Gracias a sus pines GPIO, se puede conectar el BUG a sensores, actuadores o relés. Es decir, no solo actúa sobre software, sino también sobre el entorno físico. Por ejemplo:
Control de luces o persianas.
Lectura de temperatura o humedad.
Activación remota mediante conexión Wi-Fi (modelo ESP32-S3).
5. Red team y simulación de amenazas
En entornos profesionales, BUG puede utilizarse en ejercicios de red teaming, donde se simula una intrusión realista para probar la defensa de la organización.
Un equipo red team es un grupo de expertos en ciberseguridad ofensiva cuya misión es actuar como un adversario externo o interno, imitando el comportamiento de atacantes reales (como cibercriminales o grupos APT). A diferencia de las auditorías tradicionales, estos ejercicios no siguen un guion rígido y buscan explotar vulnerabilidades mediante técnicas creativas, persistentes y de difícil detección. El objetivo no es solo comprometer sistemas, sino también poner a prueba la capacidad de detección, reacción y contención del equipo de defensa (conocido como blue team).
El BUG, por su tamaño reducido y capacidad para ejecutar ataques HID o establecer conexiones inalámbricas discretas (en el modelo ESP32-S3), resulta ideal como herramienta de infiltración en escenarios simulados, sin llamar la atención.
Aspectos técnicos destacables
Desde el punto de vista técnico, merece la pena mencionar varios aspectos interesantes del BUG:
Velocidad de ejecución HID: Las pulsaciones de teclado generadas por firmware tipo Duckyscript tienen una latencia muy baja, del orden de 5 ms por tecla, lo que permite lanzar ataques en tiempo récord.
Alimentación directa o externa: Aunque se alimenta por USB, puede conectarse a baterías externas de 3.3V, lo que permite operar sin estar enchufado.
Firmware actualizable: Se pueden cargar firmwares personalizados en cualquiera de los modelos, desde firmwares HID genéricos hasta sistemas especializados como CircuitPython o TinyUSB.
Conectividad en el ESP32-S3: este modelo puede crear un punto de acceso Wi-Fi autónomo y servir páginas web, enviar datos a la nube o recibir comandos a través de sockets o MQTT.
Gestión de almacenamiento: los módulos flash SPI externos permiten guardar múltiples scripts y seleccionar cuál ejecutar, incluso desde el botón físico.
Reflexiones finales
BUG es una herramienta que combina lo mejor de varios mundos: bajo coste, diseño abierto y múltiples funcionalidades. Aunque existen opciones más potentes, pocas ofrecen tanto en tan poco espacio y con una barrera de entrada tan baja.
La capacidad de elegir entre diferentes microcontroladores lo hace especialmente versátil, permitiendo que tanto principiantes como profesionales encuentren en este pequeño dispositivo una herramienta útil. Contribuye a democratizar el acceso a herramientas de auditoría y experimentación, manteniendo la ética como pilar fundamental de su uso.
Como ocurre con cualquier herramienta potente, su impacto dependerá del uso que se le dé. Pero desde luego, el BUG llega en un momento en que la conciencia sobre ciberseguridad está más presente que nunca, y tener herramientas de análisis accesibles es una necesidad creciente.
