La radiación ultravioleta (UV) es una amenaza constante, aunque invisible. Se ha demostrado que afecta a la piel, los ojos y el sistema inmunológico, incluso en días nublados o en interiores. Conscientes de esta realidad, algunos entusiastas de la tecnología han ideado herramientas de bajo coste para monitorizar en tiempo real el nivel de exposición a los rayos UV. Uno de los más interesantes es el proyecto desarrollado por Michael Baisch, quien ha transformado el popular dispositivo de hacking Flipper Zero en un medidor UV portátil, integrando un sensor espectral AS7331.

Este desarrollo permite visualizar datos separados de las bandas UV-A, UV-B y UV-C directamente en pantalla, lo cual es clave para comprender y reducir la exposición dañina. Además, el dispositivo resulta útil tanto en la vida diaria como en actividades al aire libre, permitiendo una vigilancia ambiental constante. A esto se suma el hecho de que Flipper Zero no es un simple gadget: su arquitectura abierta y capacidad para conectar sensores lo convierten en una plataforma versátil que ha ganado una comunidad de usuarios que desarrollan aplicaciones innovadoras constantemente.

La exposición solar: un riesgo cotidiano subestimado

Pese a las campañas de concienciación sobre el cáncer de piel, mucha gente sigue creyendo que solo el sol directo de verano es peligroso. La realidad es otra: la exposición acumulativa a los rayos ultravioleta es uno de los principales factores de envejecimiento cutáneo y daño celular. Según la Organización Mundial de la Salud, una radiación UV por encima del índice 3 ya representa riesgo, y niveles por encima de 8 se consideran peligrosos.

Un estudio publicado por la American Academy of Dermatology indica que más del 80% del daño solar que sufre una persona ocurre antes de los 18 años. Sin embargo, se ha demostrado que incluso una breve exposición diaria sin protección, como conducir o caminar a la sombra, contribuye al daño dérmico y al desarrollo de melanomas.

Por otro lado, la radiación UV afecta también a los ojos, provocando cataratas y otras degeneraciones en la córnea y la retina. Según la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP), la exposición prolongada a radiación UV-A puede dañar las células del epitelio pigmentario de la retina.

En este contexto, contar con un sistema portátil que mida en tiempo real la radiación UV proporciona una ventaja crítica. Permite al usuario saber cuándo necesita protección extra y evita confiar exclusivamente en previsiones meteorológicas, que no siempre reflejan las condiciones reales de exposición.

Así funciona el sensor UV en el Flipper Zero

El corazón del proyecto es el sensor AS7331, desarrollado por ams OSRAM. Este sensor espectral multicanal tiene una resolución espectral de 1 nm y puede detectar luz desde 230 nm hasta 430 nm, cubriendo por tanto las bandas UV-C, UV-B y UV-A.

Entre sus especificaciones técnicas destacan:

  • Rango espectral: 230–430 nm.

  • Resolución: 12 bits por canal.

  • Frecuencia de muestreo: hasta 500 kHz.

  • Consumo energético: inferior a 5 mA en operación continua.

  • Interfaz: I²C de hasta 1 MHz.

La integración con el Flipper Zero es posible gracias a sus pines GPIO expuestos, su microcontrolador STM32 y una pantalla integrada OLED que permite la visualización inmediata de datos. La lectura de valores UV se presenta en forma de índices relativos, que el usuario puede calibrar en función de su entorno o mediante pruebas comparativas con otros medidores.

La PCB personalizada diseñada por Baisch se conecta directamente al Flipper mediante pines, sin necesidad de cables o carcasas externas. Esto convierte al dispositivo en un medidor portátil extremadamente compacto, del tamaño de una llave USB. La biblioteca de software desarrollada en C para el firmware del Flipper traduce las señales del sensor en valores digitales interpretables.

Más allá del sol: otras funcionalidades del Flipper Zero

El Flipper Zero no nació como medidor UV, sino como una navaja suiza para hackers, makers y aficionados a la seguridad digital. Su diseño modular y firmware personalizable lo han convertido en una plataforma idónea para añadir sensores y periféricos.

Entre las funcionalidades más conocidas del Flipper Zero destacan:

1. Emulación RFID/NFC

El dispositivo puede leer, emular y escribir etiquetas RFID de baja frecuencia (125 kHz) y alta frecuencia (13.56 MHz), incluyendo sistemas como HID, MIFARE Classic y NTAG. Esto lo hace útil para pruebas de seguridad en sistemas de acceso físico.

2. Emisor y receptor IR

Cuenta con un emisor y receptor de infrarrojos, lo que permite controlar televisores, aires acondicionados o proyectores, así como «capturar» comandos de mandos a distancia.

3. Control de señales sub-GHz

Una de las funciones más potentes es su capacidad para enviar y recibir señales de radiofrecuencia en el rango de 300 a 928 MHz. Con esto, es posible interactuar con dispositivos domóticos, llaves de coche, persianas automáticas o sensores industriales.

4. GPIO y UART

Gracias a sus pines GPIO, se pueden conectar sensores, actuadores, displays externos o incluso módulos WiFi o LoRa. Además, cuenta con UART y SPI para debugging o expansión.

5. Aplicaciones de terceros

El firmware alternativo «Unleashed» y otros forks permiten añadir juegos, herramientas de escaneo, scripts automatizados y soporte para una amplia gama de hardware externo, desde lectores de tarjetas hasta sensores ambientales.

En resumen, el Flipper Zero es mucho más que un juguete: es una herramienta de exploración tecnológica que, bien utilizada, puede ampliar la comprensión del entorno físico y digital.

La utilidad práctica del medidor UV en la vida diaria

Con el sensor UV integrado, el Flipper Zero se convierte en un aliado para distintas actividades:

  • Senderismo y deportes al aire libre: Permite ajustar el uso de protector solar, gafas y ropa protectora según la radiación real del entorno.

  • Monitorización en entornos laborales: En profesiones como la construcción, agricultura o aviación, donde la exposición solar es constante, puede usarse para controlar descansos y medidas preventivas.

  • Seguridad en interiores: Detecta la radiación emitida por lámparas germicidas UV-C mal calibradas o por dispositivos de desinfección industrial.

  • Educación científica: Puede utilizarse en aulas o talleres para enseñar sobre el espectro electromagnético y la fotometría.

  • Evaluación de cristales y filtros: Mide la eficacia de gafas de sol, películas protectoras de ventanas o productos cosméticos con protección solar.

En este sentido, el proyecto de Baisch es un ejemplo de cómo combinar un dispositivo con vocación de seguridad y exploración digital con sensores que aporten beneficios tangibles a la salud y la vida cotidiana.

Conclusión: la tecnología como herramienta de prevención

Vivimos rodeados de radiación, y aunque mucha es natural, no siempre es inofensiva. La radiación ultravioleta, en particular, ha sido asociada con enfermedades cutáneas, degeneraciones oculares y alteraciones del sistema inmunológico. La ciencia médica insiste en la importancia de minimizar la exposición acumulada a rayos UV, y para ello es imprescindible conocer los niveles reales en cada entorno.

Iniciativas como la del medidor UV en el Flipper Zero abren la puerta a una vigilancia personal continua, precisa y accesible. No se trata de alarmismo, sino de datos: medir para decidir. Este tipo de tecnologías portátiles pueden marcar la diferencia entre una exposición controlada y una sobredosis solar silenciosa.

Además, el Flipper Zero demuestra que el hardware abierto y versátil permite desarrollar herramientas creativas, prácticas y útiles en ámbitos que van más allá de su propósito original. La posibilidad de conectar sensores, programar rutinas y personalizar la experiencia convierte a este dispositivo en una potente plataforma de exploración del entorno físico.

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