En junio de 2025, imágenes de satélite mostraron cómo Shijian 21 y 25, dos naves chinas en órbita geoestacionaria (≈ 35 786 km), se aproximaron a menos de un kilómetro —quizá incluso se acoplaron— durante varias horas en una maniobra que apunta a pruebas de reabastecimiento de combustible en órbita. Si se confirma, marcaría un avance técnico que permitirá prolongar la vida útil de satélites de comunicaciones que operan a ~3 070 m/s. Pero China no está sola: agencias como NASA, ESA, JAXA y startups privadas ya trabajan o han trabajado en tecnologías similares. Aquí analizamos el estado actual, su trasfondo, riesgos y perspectivas.
China: Shijian‑21 y ‑25, ¿primer repostaje real?
El satélite Shijian‑25, lanzado en enero de 2025, fue diseñado para realizar operaciones de reabastecimiento. En enero de 2022, su predecesor —Shijian‑21— realizó ya maniobras de remolque orbital. En junio, ambos volvieron a encontrarse, permaneciendo cerca durante ~3 h, lo que según fuentes podría incluir transferencia de combustible .
Detalles técnicos:
Distancia mínima: menos de 1 km o incluso acoplamiento directo.
Control orbital: precisión sub‑metro y de actitud ~±0,01°.
Transferencia: conductos presurizados, detección de fugas con resolución milimétrica y manipulación robótica.
Velocidad: entran en contacto viajando a ~11 300 km/h (~3 150 m/s).
Estas características hacen de la misión china una de las más avanzadas hasta ahora en términos de repostaje real en órbita geoestacionaria.
NASA y EE. UU.: Operaciones robóticas en órbita baja y proyecto OSAM‑1
a) Robotic Refueling Mission (ISS)
Desde 2011 la NASA inició pruebas en la Estación Espacial Internacional (ISS) con su Robotic Refueling Mission (RRM), usando herramientas para simular recarga de propulsores, válvulas y desconexiones, desarrolladas para satélites no preparados para ello. En fases posteriores (RRM‑3) se avanzó en manipulación de fluidos criogénicos como oxígeno líquido, impulsado por la necesidad de repostar depósitos interplanetarios
b) Orbital Express (DARPA/NASA, 2007)
Este programa piloto consistió en dos satélites: ASTRO y NEXTSat. Demostró acercamiento autónomo, acoplamiento, transferencia de hidrazina y reemplazo de unidades ORU sobre tres meses.. Fue la primera demostración real de repostaje sin intervención humana directa, estableciendo las bases para las iniciativas actuales.
c) OSAM‑1 / Restore‑L (cancelado)
Conocido inicialmente como Restore‑L, estaba planeado para repostar Landsat 7 en LEO con ~115 kg de hidrazina, utilizando brazo robótico y corte de cubiertas térmicas. Cancelado en marzo de 2024 por sobrecostes (≈ USD 2 050 M) y retrasos, NASA reconoció que el ecosistema de satélites necesitaba estar preparado para repostajes reuters.com.
Europa (ESA): RISE y la economía circular espacial
RISE con D-Orbit
ESA adjudicó €119 M en 2024 a D‑Orbit para la misión RISE, cuyo lanzamiento está previsto en 2028. El objetivo: una demonstración completa de aproximación, acoplamiento, reorientación y entrega de combustible a un satélite geoestacionario no preparado. ESA equipara esta estrategia con una economía circular espacial: repostar, reparar y reutilizar en vez de abandonar satélites.
Tecnología y fabricación en órbita
ESA también ha desplegado impresoras 3D en la ISS (MELT en 2020, IMPERIAL más tarde), esenciales para fabricar piezas bajo demanda. Esto respalda misiones futuras de reparación o ensamblaje in situ.
Japón: JAXA y Astroscale colaboran en sustentabilidad
En diciembre de 2022, JAXA y Astroscale Japón iniciaron un proyecto bajo J‑SPARC para desarrollar repostaje orbital de satélites preparados o no, en LEO y GEO. En enero de 2025, Astroscale obtuvo ¥12 000 M (~USD 77 M) adicionales del programa K para promover repostaje químico en LEO y combustible eléctrico en GEO.
Empresas privadas: Orbit Fab y startups emergentes
Esta empresa estadounidense completó en la ISS en 2021 el experimento Furphy, transfiriendo agua en microgravedad e incluso vertiéndola a la nave. Logró elevar su nivel de madurez tecnológica (TRL) de 4 a 8 . Además, planea lanzar “depósitos de combustible” en GEO a partir de 2025, ofreciendo repostaje por ~USD 20 M/100 kg de hidrazina.
Comparativa técnica resumida
Proyecto | Tipo órbita | Propulsor | Estado | Destino |
---|---|---|---|---|
Shijian 21-25 (China) | GEO | No publicitado | En pruebas (junio 2025) | Repostaje real? |
RRM / RRM‑3 (NASA) | LEO (ISS) | No-cryogénico, criogénico | Tecnología probada | Transferencia instrumento/modos ISS |
Orbital Express (DARPA/NASA) | LEO | Hidrazina | Finalizado 2007 | Transferencia autónoma de propulsión |
OSAM‑1 / Restore‑L (NASA) | LEO | Hidrazina | Cancelado 2024 | Repostaje satélite Landsat 7 |
RISE (ESA + D‑Orbit) | GEO | No especificado | En desarrollo (2028) | Repostaje y reorientación GEO |
JAXA + Astroscale | LEO/GEO | Hidrazina/Xenón | Concepto/presupuesto | Repostaje comercial sostenible |
Orbit Fab | GEO | Hidrazina/Xenón | Próximo lanzamiento | Depósitos y repostaje global |
En todas estas iniciativas, el aspecto técnico común es la combinación de navegación orbital de precisión, robótica avanzada, control térmico y de presión, y interfaces estándar como RAFTI o anillos similares a Marman.
Implicaciones y desafíos
Eficiencia económica: repostar satélites GEO (~USD 300 M/cada unidad) permite prolongar su vida útil (generalmente 15 años) por varios años más, reduciendo necesidad de lanzamiento y disminuyendo desechos orbitales.
Riesgos duales: la misma tecnología permite remolcar o interferir satélites ajenos, generando preocupaciones militares. EE. UU. y Europa piden transparencia y regulación.
Estándares y cooperación internacional: iniciativas como RAFTI buscan normalizar interfaces de repostaje. Esto es esencial si proyectos de agentes y países diversos van a compartirse.
Tecnología habilitadora: transferencia de fluidos criogénicos (RRM‑3, LOXSAT), impresión 3D in‑orbit (ESA), brazos robóticos, y sensores para acoplamiento automático.
Debris y sostenibilidad: repostar satélites evita que saturen órbitas GEO y LEO, reduciendo riesgo de colisiones o cascadas de basura internacional.
China en contexto global
China podría estar alcanzando a líderes espaciales en la capacidad de repostaje orbital real. A diferencia de misiones de demostración en LEO, su operación en GEO y la posible transferencia real la colocan en una nueva dimensión. Si bien el costo y desarrollo europeo (RISE) y estadounidense (RRM, Restore‑L) han sido notables, China podría haber ejecutado la primera misión operativa de repostaje orbital en un entorno complejo y estratégico.
Reflexiones finales
La tecnología de repostaje orbital ha pasado de estudios conceptuales a misiones reales en LEO, y ahora podría estar alcanzando GEO. Esto mejora la sostenibilidad económica de satélites, reduce desechos y apoya exploración futura, pero también plantea desafíos de soberanía y seguridad orbital. Las iniciativas de NASA, ESA, JAXA, startups y China están configurando un panorama en el que repostar en órbita dejará de ser una excepción para convertirse en una infraestructura básica del ecosistema espacial.
