Imagina esto: entras a un baño público y sales con un chequeo de salud en mano. En China, ya tienen urinarios en los baños públicos que utilizan tecnología para ofrecer a los hombres chequeos de salud instantáneos. La conveniencia es inigualable, pero ¿qué hay de la privacidad?

La experiencia de Chris Petersen-Clausen

El residente de Shanghai, Chris Petersen-Clausen, vivió esta experiencia espontánea cuando visitó un baño público en un centro comercial. Se posicionó en un urinario que tenía una pantalla ofreciendo una prueba de orina en el lugar.

Como describió en TwitterX: “Sé lo que están pensando: una empresa china, ¿qué hay de la privacidad? La verdad es que soy de mediana edad y no me he hecho un chequeo de salud en un tiempo. Estoy más preocupado por saber que todo está bien y la conveniencia es inigualable. Finalmente estoy haciendo lo que sé que debería hacer”.

Proceso y resultados

El proceso suena extremadamente simple. Pagas tus 19.90 yuanes (aproximadamente 2.5 EUR) a través de WeChat, proporcionas algunos detalles personales y, sorprendentemente pronto, obtienes detalles de tus componentes químicos, como los niveles de vitamina C y nitritos.

Según Petersen-Clausen: “Antes de llegar siquiera a la escalera mecánica, ya tenía mis resultados”. Los resultados mostraron que carecía de calcio, pero por lo demás era una persona bastante saludable.

¿Quién podría sacar más provecho de este servicio?

La psicología de esta tecnología es muy persuasiva. Lleva el monitoreo de la salud a las personas, en lugar de que las personas tengan que, en muchos casos, reunir el valor para ver a un médico. La pura sorpresa de descubrir la máquina de chequeo de salud en el urinario también es desconcertante.

La preocupación por la privacidad

Por supuesto, siempre está la preocupación por la privacidad, y no es pequeña. Habrá quienes se preocupen de que estos chequeos de salud públicos, aunque sean administrados por una empresa privada, puedan revelar silenciosamente sus datos. Algunos también podrían preocuparse de que la tecnología pueda monitorear otras sustancias, ya sea las ilegales o simplemente mal vistas, que sus cuerpos puedan contener.

Sin embargo, todos queremos vivir un poco más y sabemos que necesitamos ciertos datos de entrada para que eso suceda. Cualquier cosa que facilite descubrir esos datos puede parecer a muchos, como lo fue para Petersen-Clausen, una muy buena idea.

Conclusión: ¿Una falsa sensación de bienestar?

Aunque la tecnología ofrece una forma rápida y conveniente de realizar chequeos de salud en baños públicos, persisten las preocupaciones sobre la privacidad y la posible falsa sensación de bienestar que pueda generar. Sin embargo, es innegable que iniciativas como esta tienen el potencial de fomentar una mayor conciencia sobre la salud y promover una intervención temprana en caso de problemas.

 

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