Seguro que mi ex-compi y amiga Cristina estará de acuerdo en que el mundo inmobiliario está experimentando una revolución impulsada por la inteligencia artificial (IA). Empresas como Opendoor están cambiando radicalmente la forma en que se compran y venden propiedades. Esta plataforma utiliza algoritmos de “deep learning” para analizar datos de mercado y hacer ofertas a los propietarios que desean vender sus hogares. Aunque la velocidad y la eficiencia son impresionantes, las quejas de compradores y vendedores sugieren que el enfoque de Opendoor tiene sus inconvenientes, planteando cuestiones sobre la calidad de las renovaciones y las ofertas iniciales.

Penetración de la IA en el análisis de inversiones

La IA también está revolucionando el análisis de inversiones inmobiliarias. Empresas como Reonomy, Skyline AI y Cherre ofrecen herramientas poderosas para el análisis de datos de inversores, mientras que Compass ayuda a los agentes inmobiliarios a identificar clientes potenciales a través de algoritmos de generación de leads. Sin embargo, esta creciente dependencia de la IA plantea preguntas sobre la inclusividad digital y los riesgos de vigilancia, así como sobre su capacidad para abordar las desigualdades raciales y socioeconómicas arraigadas en el sistema de vivienda.

Desafíos éticos y de diseño para la arquitectura

La IA también plantea desafíos éticos y de diseño para los arquitectos. Los modelos de valoración automatizada, como Homer de Oh My Home, simplifican los hogares en puntos de datos, lo que podría amenazar la creatividad y la diversidad en el diseño arquitectónico. Además, existe el riesgo de que la IA genere un enfoque homogéneo en la estética de los hogares, como se ha visto con la manipulación de imágenes para impresionar a los servicios de mapeo de Google Street View.

Hacia un uso más inspirador de la IA en el sector inmobiliario

A pesar de los desafíos planteados por la creciente influencia de la IA en el sector inmobiliario, también hay oportunidades para su uso más inspirador. Organizaciones como el Instituto Turing y JustFix están explorando cómo la IA puede mejorar la planificación urbana y ayudar a los inquilinos a ejercer sus derechos. Además, herramientas emergentes como el mantenimiento predictivo y los pasaportes de materiales podrían democratizar el conocimiento sobre nuestras ciudades e infraestructuras.

Conclusiones

La llegada de la inteligencia artificial al sector inmobiliario presenta tanto desafíos como oportunidades. Si bien la eficiencia y la velocidad son atractivas, es crucial abordar los riesgos éticos y sociales asociados con su uso. Además, se necesita un enfoque más centrado en el bienestar humano y la sostenibilidad para garantizar que la IA beneficie a todos los involucrados en el mercado inmobiliario.

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