Quiero contaros un secreto. Una de las decisiones más complicadas que tuve que tomar en mi Carrera de Químicas fue la de elegir entre especializarme en Ingeniería Química o dedicarme a la Bioquímica. Finalmente me decanté por la primera aunque después he sentido envidia de los «biólogos» a los que intento seguir en sus increíbles investigaciones. Por ejemplo, nos acabamos de enterar de que los científicos chinos nos sorprenden con un giro inesperado en la computación: computadoras basadas en ADN. ¡Sí, has leído bien!
Más allá de ceros y unos
Si bien hemos crecido en un mundo en el que las computadoras funcionan en lenguaje binario, es decir, ceros y unos, el equipo liderado por Lv Hui nos trae una propuesta revolucionaria. Imagina poder usar las cuatro moléculas esenciales del ADN (adenina, timina, guanina y citosina, o ATGC) para procesar información. Esto va más allá del concepto binario y permite un almacenamiento y procesamiento de datos con densidades astronómicas de hasta 1 billón de gigabytes por milímetro cúbico. Es como si la naturaleza nos hubiera estado dando pistas y finalmente las descifráramos.
ADN: La nueva frontera de la programación
Puede sonar como algo sacado de una película de ciencia ficción, pero el ADN, con sus propiedades únicas, está demostrando ser una alternativa real para la computación. Como sabrás, las moléculas de ADN se emparejan de manera específica: adenina con timina y guanina con citosina. Esta predictibilidad puede emplearse para realizar operaciones complejas, desde simples sumas y restas hasta operaciones generales mucho más extensas.
Sin embargo, la verdadera magia ocurre cuando se introduce un control real en este proceso. El artículo describe una «origami de ADN«, que es básicamente una secuencia de ADN diseñada para formar estructuras 2D ó 3D. Con esta técnica, las moléculas de ADN no sólo tienen que encontrar su pareja, sino que también deben «encajar» correctamente, como piezas de un rompecabezas.
Los sorprendentes resultados
Usando esta innovadora técnica, los investigadores crearon un ordenador de ADN compuesto por 30 puertas lógicas (alrededor de 500 hilos de ADN). No sólo fue capaz de realizar cálculos precisos de raíces cuadradas, sino que también pudo identificar tres moléculas genéticas relacionadas con el cáncer de riñón. En solo dos horas, pudo discernir entre muestras sanas y aquellas con enfermedad.
Sin duda, el avance es impresionante, pero ¿es el ADN realmente el futuro de la computación? Tal vez su mayor potencial radique en su capacidad de almacenamiento, y no necesariamente en actuar como una CPU flotando dentro de un tubo de ensayo. Además, se necesita más investigación para determinar su viabilidad a largo plazo y cómo se compararía con otras formas emergentes de computación, como la cuántica.
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