Hoy hablaremos de un avance fascinante proveniente de Japón: científicos del National Institute for Materials Science (NIMS) han creado un pegamento que se puede pegar y despegar a voluntad. Este innovador adhesivo se adhiere cuando se le aplica un tipo de luz y se separa con otro, permitiendo su fácil remoción y reutilización… incluso bajo el agua.

¿El adhesivo perfecto?

Diseñar adhesivos implica equilibrar dos propiedades contrapuestas: cuán bien se adhieren y cuán fácilmente se separan. Por supuesto, potenciar una generalmente sacrifica la otra. Un pegamento ideal sería aquel que se mantiene fuerte durante su uso, pero que puede liberarse a demanda para corregir errores o cuando un producto ya no es útil.

Luz para pegar y despegar

Investigadores nipones acaban de desarrollar un nuevo adhesivo que puede hacer precisamente eso. El ingrediente clave es el ácido caféico, que puede formar y romper enlaces cruzados bajo diferentes longitudes de onda de luz. En este caso, el equipo hizo un polímero que contiene ácido caféico, lo aplicó a una superficie y lo expuso a luz UV con una longitud de onda de 365 nanómetros (nm). Esto lo cura en una película firme que se mantiene fuerte a temperatura ambiente, con una resistencia de adhesión al corte de hasta 7.2 MPa.

Cuando esa adhesión ya no es necesaria, la película puede ser expuesta a luz UV de 254 nm, lo cual rompe los enlaces cruzados y la devuelve a su estado original. Al hacerlo, no deja ningún residuo en las superficies y no pierde ninguna de sus propiedades adhesivas, permitiendo que se reutilice como si fuera nueva.

Probando el adhesivo

Los investigadores sometieron al adhesivo a una serie de pruebas, incluyendo doblar muestras repetidamente y levantar un peso de 40 kg, lo cual pudo hacer durante 72 horas sin signos de romperse. En otras pruebas, lo utilizaron para reparar tubos de silicona agrietados y luego hicieron correr agua a alta presión a través de ellos, sin encontrar fugas.

Uso bajo el agua

En pruebas de seguimiento, el equipo investigador demostró que incluso puede ser utilizado bajo el agua. Para lograrlo, incrustaron nanopartículas magnéticas en el adhesivo, las cuales se calientan cuando se aplica un campo magnético, fusionando el adhesivo al sustrato.

Los investigadores creen que este material podría tener una amplia gama de aplicaciones, permitiendo que los productos se desmonten más fácilmente en componentes al final de su vida útil y se conviertan en nuevos productos.

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