Cuando hace un par de años estuvimos en Helsinki haciendo la presentación de nuestra visión de los Gemelos Digitales parecía que Europa llevaba la delantera en la protección contra el mal uso de la Inteligencia Artificial.

La Inteligencia Artificial (IA), la robótica y el internet de las cosas (IoT) están transformando nuestro mundo de forma acelerada. Sin embargo, todavía queda cierto camino por delante antes de poder aprovechar plenamente el potencial de estas tecnologías. Todavía deben superarse los retos complejos relacionados con el rendimiento y la fiabilidad de los sistemas digitales.

Ahora, son los norteamericanos a los que inicilamente parecía que todo valía para ganar dinero, la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca acaba de publicar el documento titulado Blueprint for an AI Bill of Rights”, que puede traducirse como “Proyecto de Declaración de Derechos sobre Inteligencia Artificial”.

El documento, que no es vinculante, contiene un total de cinco principios o derechos básicos y remite a ampliaciones y precisiones sobre la puesta en práctica de cada uno de ellos.

Así, el documento se aplica a “los sistemas automatizados que tienen un potencial significativo de impactar en los derechos, oportunidades y acceso a recursos o servicios básicos de los ciudadanos norteamericanos”.

El Bill of Rights se ha elaborado a partir del examen de las experiencias de las personas y con aportaciones de investigadores, expertos en tecnología, abogados, periodistas y legisladores. Los derechos que recoge, seguidos de algunas precisiones y detalles sobre los mismos, son los siguientes:

  • Sistemas seguros y efectivos: las personas tienen derecho a la protección de los riesgos que representan los sistemas automatizados inseguros e inefectivos. 
  • Protección frente a la discriminación por parte los algoritmos: ninguna persona puede ser discriminada por los algoritmos y los sistemas deben ser diseñados de modo equitativo. 
  • Protección de la privacidad de los datos: las personas han de estar protegidas, desde dentro de los propios sistemas, frente a prácticas abusivas relacionadas con los datos y deben tener capacidad de decisión sobre el modo en que se usan los mismos.
  • Aviso y explicación: las personas tienen derecho a saber que se está usando un sistema automatizado y a entender cómo y por qué contribuye a generar resultados que tienen un impacto sobre ellas.
  • Alternativas humanas, consideración y recurso: las personas tienen derecho, cuando sea apropiado, a optar por no emplear un sistema automatizado y tener acceso a alguien que pueda tomar en consideración y solucionar rápidamente los problemas que encuentre.

Se afirma asimismo que los algoritmos reproducen sesgos y tratos desiguales y hay violaciones de la privacidad, lo que se califica de“resultados muy dañinos, pero no inevitables y además se producen al mismo que tiempo que los muchos beneficios que la automatización de sistemas y los algoritmos han generado en numerosos campos de actividad”.

Pero advierte de que este progreso no se debe producir a expensas de los derechos civiles y los valores democráticos, “principios fundacionales del país y piedras angulares de la Administración Biden. El gobierno o federal trabaja en favor de la extensión de los derechos civiles, la igualdad de oportunidades y la justicia racial y el derecho a la privacidad”. 

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