Si hoy la bacteria Pseudomonas aeruginosa tiene un hueco en PcDeMaNo no es porque sea un microorganismo capaz de crecer en combustibles como queroseno o gasóleo… causando estragos de corrosión microbiana.

Los mocos extra de una persona son el tesoro de una bacteria, dice un equipo de científicos. En una nueva investigación, detallan cómo un germen oportunista común puede manipular nuestro sistema inmunológico para que produzca moco cuando no debería. El ingenioso truco no solo permite que el microbio evite la destrucción, sino que también le brinda una rica fuente de combustible para seguir creciendo.

Los autores de este estudio actual,  publicado la pasada semana en la revista Immunity, teorizaron que la P. aeruginosa es uno de los gérmenes que han aprendido a convencer al sistema inmunitario para que use un tipo de respuesta equivocado.

Sus experimentos mostraron que a la bacteria le gusta comer moco humano. En conjunto, el trabajo del equipo sugiere que P. aeruginosa puede convertirnos en una fábrica de mocos, principalmente con la ayuda de la toxina LasB, usando esos mismos mocos para mantenerse con vida y prosperando.

 

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