Visto el lío que ha organizado Filamina en la vida de los madrileños deberá traer consigo, entre otras muchas cosas, un estudio serio para la repoblación de la gran cantidad de masa arbolada que ha desaparecido. La nieve ha provocado una selección natural que los expertos llevaban avisando tiempo, pues la capital española tenía alrededor de 500.000 árboles viejos, enfermos o que pertenecían a especies que no se habían adaptado bien a la ciudad, bien sea por el clima, por las podas inadecuadas o por un arraigo al suelo deficiente.
Por otro lado es una pena que no se estén utilizando tecnologías como la «desarrollada» hace bastantes años en la Universidad de Nebraska para la fabricación de un asfalto conductivo que puede usar la electricidad para derretir el hielo durante el invierno… como si de un suelo radiante se tratara. ¿Te imaginas poder calentar las pistas del aeropuerto de Barajas y así evitar el colapso sufrido y que ha sorprendido a propios y extraños?.
Según nos cuentan aquí luna solución sería disponer de asfalto mejor utilizando materiales y procedimiento necesarios para producir hormigón, pero añadiendo a la mezcla un 20% de virutas de acero y de partículas de carbono. Aunque los nuevos materiales sólo están presentes en un pequeño porcentaje, el compuesto resultante presenta una conductividad lo suficientemente alta como para que la electricidad pueda derretir el hielo y la nieve en poco tiempo. Además, las características de la superficie no se ven alteradas, de manera que resulta igual de segura que si su composición fuese la convencional.
Como se puede ver en el vídeo de las pruebas que hicieron tras una tormenta invernal que se produjo en Omaha a finales de diciembre de 2015, el proceso de descongelación es progresivo y eficaz con nieve, hielo y bajas temperaturas. La losa con el hormigón conductivo derritió la nieve en cuatro horas. ¿Cuanto lleva en Madrid la nieve haciendo de las suyas?
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Los problemas con el aeropuerto no parecen solucionarse y han comunicado a Eurocontrol que va a regular las llegadas a Madrid-Barajas a «un ritmo muy bajo» con lo que los retrasos pasarán a ser de horas