En la última década, la electrificación de los motores de los automóviles ha sido prioritaria en los planes de desarrollo de muchos fabricantes. Después de los vehículos eléctricos alimentados por baterías electroquímicas, los de pila de combustible de hidrógeno son una de las alternativas que están desarrollándose con mayor ímpetu, sobre todo para los vehículos de mayor tonelaje, al ofrecer mayores autonomías y tiempos de repostaje muy rápidos.

Durante más de sesenta años, la empresa estadounidense Garret se ha convertido en uno de los principales fabricantes de sistemas de inducción forzada para motores de combustión. A partir de esa experiencia, ha desarrollado un compresor eléctrico de dos etapas que permite a los fabricantes de automóviles optimizar el potencial de sus trenes de potencia FCEV al impulsar el hidrógeno a presiones más altas.

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Estos vehículos utilizan hidrógeno y oxígeno, que se combinan dentro de una sola celda para producir electrones libres y agua limpia. Cuando se agrupan varias celdas se forma lo que conocemos por pila de combustible, generando suficiente electricidad para alimentar un vehículo. Al igual que los motores de combustión interna convencionales, cuando este sistema trabaja a una presión y un flujo más altos, su densidad de potencia y eficiencia se pueden mejorar significativamente. Esto permite a los fabricantes de automóviles reducir el tamaño de las pilas de pilas de combustible de hidrógeno en un 40% con respecto a los sistemas predecesores y, al mismo tiempo, aumentar la potencia de salida.

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