Es bien conocido el efecto terapeútico que tienen las mascotas ya que se ha demostrado que eliminan los sentimientos negativos asociados a la soledad y producen felicidad, alivian la depresión y reducen el estrés, entre otras ventajas.
Ya en el año 1993, en Japón se diseñó el robot Paro (que en España pasó a llamarse NUKA), una deliciosa foca de peluche que podía interactuar con los ancianos. El robot responde a las caricias moviendo la cola y abriendo y cerrando los ojos. Shibata lo diseñó para buscar activamente el contacto visual, responder al tacto, abrazar a las personas, recordar rostros y aprender acciones que generen una reacción favorable.
Ahora su sucesor es Tombot, el perro robot más realista del mundo y que dispone de sensores táctiles en todo el cuerpo. Gracias a esto, el robot es capaz de reaccionar dependiendo de cómo y dónde lo tocan. También puede responder a la voz del usuario, de manera que realiza acciones cuando le hablas.
Para aportarle un mayor realismo, este perro robot es capaz de ladrar y emitir los sonidos que haría un ejemplar de su raza ya que cuenta con un amplio repertorio de grabaciones de un cachorro de labrador de 12 semanas de vida, así que sus reacciones van a acompañadas de sonidos reales.
Aunque ahora mismo está agotado puede reservarlo a un precio de 399 $.
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