El pasado año, la agencia norteamericana DARPA anunciaba que tenía previsto destinar 2000 millones de dólares en IA para … la guerra.
Uno de los programas surgidos de dicho anuncio es el proyecto Next-Generation Nonsurgical Neurotechnology (N3) con el objetivo de crear interfaces cerebro-máquina capaces de entender las señales neuronales. Además de ayudar a las personas con parálisis, la iniciativa podría conducir a soldados capaces de controlar drones con el pensamiento.
La cirugía es cara y resulta controvertida para crear un nuevo tipo de súper guerrero. Un dispositivo de lectura cerebral que no requiera cirugía abriría un mundo de posibilidades. Las interfaces cerebro-máquina (o BCI, por sus siglas en inglés) ya se han utilizado para ayudar a las personas tetrapléjicas a recuperar un cierto control de sus cuerpos, y para que los veteranos de guerra que perdieron sus extremidades en Irak y Afganistán controlen sus prótesis. No es el primer intento serio del ejército de USA de desarrollar un BCI con un propósito más beligerante.
Si os interesa conocer más en detalle algunas de las muchas técnicas que se están investigando os recomendamos que echéis una ojeada a este artículo del MIT.
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