Una de las primeras cosas que hay que hacer cuando compras una PDA es… protegerla (bueno, primero la cargas y juegas un poco, pero nos entendemos…) al fin y al cabo es un gasto importante, y no está la vida como para comprarte un chiquinofe nuevo cada 15 días porque a tu sobrinito se le de por emular a Borja Oubiña con tu flamante iPAQ nueva cuando tú miras a otro lado (que sí, que el nene es un encanto, pero hubieses preferido que tu cuñado se hubiese hecho la vasectomía…). Hoy os presentamos los productos de Fortte, unas fundas fabricadas allá donde Ernesto Guevara perdió algo más que las zapatillas (y Evo Morales encontró el jersey) y que intentan conjugar elegancia con resistencia.
La presentación de la funda no es como para echar cohetes, una caja de un cartón más que delgado, que contrasta con la robustez de la funda, y un mini-folleto publicitarios con los distintos productos de la firma en su interior y la funda (y el clip) protegidos tan sólo por una bolsa de plástico. Como anécdota hay que resaltar que las cajas de cartón que contenían las muestras para revisar no llegaron en las mejores condiciones, principalmente por los empleados de aduanas que, al leer el origen del paquete (Bolivia) y el destino (Vilagarcía de Arousa) interpretaron que se trataba de otro tipo de «muestras comerciales» 😉
Una vez desempaquetada la funda la primera impresión que tenemos es la de una funda robusta, principalmente por el doble refuerzo que presenta en la parte trasera y por el marco que da forma al hueco de la pantalla. Una observación más detenida nos descubre también la presencia de un doble refuerzo en la tapa delantera. En este aspecto esta funda me recuerda mucho a la de Covertec, que revisó cierto «sevillano» aspirante a galeno aquí.
En cuanto a la calidad de los materiales se puede decir que la piel es de una tan buena como la empleada en la de Vaja Cases (que un servidor revisó aquí), y aunque hay que reconocer que no está tan bien rematada como la argentina, también es cierto que se agradecen otros detalles como el acabado estriado de las zonas de la funda sometidas a flexiones.
A la hora de «vestir» la PDA esta se entra perfectamente a la funda, y basta con ejercer una fuerza mínima para que esta ajuste en su lugar. A ello ayudan las dos tiras elásticas situadas en la parte inferior.
En cuanto a la accesibilidad de las distintas funciones, esta no se ve dificultada por elementos extraños (y ya es un mérito dada la «peculiar» disposición de los botones de este modelo). Una lámina de plástico (con dos huecos para el micrófono y el altavoz respectivamente) protege los principales botones, dejando un hueco al aire donde va el pad y el sensor de la huella dactilar (sí, esa «ventaja» de la 2750 que nadie usa).
El acceso al agujero de soft-reset no se ve afectado por elementos extraños y el botón de grabación está accesible (no como sucedía en la de Vaja. Como curiosidad decir que la funda tiene otro agujero igual en la parte opuesta a la de este botón; ¿simetría quizás?
Quizás la característica más destacada de la funda sea una que hasta ahora sólo habíamos visto en la funda de Sena (revisada por el Phari aquí); me refiero a la posibilidad de utilizar la cuna de sincronización sin necesidad de desnudar a la PDA. En la práctica logramos sincronizarla, aunque la verdad no es tan fácil como parece y hay que tener un poco de maña para evitar que se salga del conector.
El enganche para la pinza de sujección al cinturón no es extraíble, esto es una putada si quieres escribir con la PDA sobre una superficie plana, porque te obliga a sacar la PDA de la funda. Aunque también es cierto que puedes pedir la funda sin este tipo de sujección, se agradecería que el pin metálico fuese extraíble.
Quizás lo que menos me guste de la funda es lo mucho que abulta. Tanta lámina de protección no hace sino acentuar el «efecto sandwich» y la verdad es que si te la metes en uno de los bolsillos delanteros del pantalón vas a marcar más paquete que Paquirri y el Cordobés juntos, pero en mi opinión hace bastante feo.
PUNTUACIÓN: 8
Nota
Cassidy. Que agradece a Monica de Forte la ayuda prestada, y que aprovecha para recordar que… ¡HEMOS VUELTO A EUROPA! |