Investigadores de la Universidad de Pensilvania han desarrollado un chicle que, en pruebas de laboratorio, ha demostrado reducir significativamente la carga viral de virus como la gripe y el herpes. Este chicle contiene una proteína vegetal llamada FRIL, extraída de la alubia lablab, que actúa atrapando y neutralizando los virus en la cavidad oral. La idea es sencilla pero eficaz: al masticar el chicle, se libera FRIL en la saliva, donde puede unirse a los virus y evitar que infecten nuevas células.​

Las pruebas han mostrado que una tableta de 2 gramos de este chicle, con 40 miligramos de polvo de alubia, puede reducir la carga viral de los virus de la gripe y del herpes en más del 95%. Además, el chicle es estable a temperatura ambiente durante más de dos años, lo que facilita su almacenamiento y distribución. Aunque aún se encuentra en fases experimentales, este chicle podría convertirse en una herramienta complementaria para prevenir la transmisión de virus comunes, especialmente en situaciones donde las vacunas no están disponibles o son menos efectivas.​

¿Cómo funciona este chicle antiviral?

El componente clave del chicle es la proteína FRIL (Flt3 Receptor Interacting Lectin), que se encuentra de forma natural en la alubia lablab. Esta proteína tiene la capacidad de unirse a una amplia variedad de virus, incluidos los virus de la gripe (H1N1 y H3N2) y los virus del herpes simple (HSV-1 y HSV-2). Al masticar el chicle, FRIL se libera en la saliva y se une a los virus presentes, formando agregados que impiden que los virus infecten nuevas células .

En ensayos de laboratorio, se ha observado que una concentración de 40 miligramos por mililitro de FRIL puede neutralizar más del 95% de los virus de la gripe, mientras que para el HSV-1 y HSV-2 se requieren concentraciones de 160 y 74 miligramos por mililitro, respectivamente . Estos resultados sugieren que el chicle podría ser eficaz en la reducción de la carga viral en la cavidad oral, disminuyendo así el riesgo de transmisión.

Ventajas y posibles aplicaciones

Una de las principales ventajas de este chicle antiviral es su facilidad de uso y distribución. Al ser un producto estable a temperatura ambiente y con una vida útil prolongada, podría ser especialmente útil en regiones con acceso limitado a servicios de salud o refrigeración. Además, su uso no requiere supervisión médica, lo que facilita su adopción por parte de la población general.

Este chicle podría servir como complemento a las vacunas existentes, especialmente en el caso de la gripe, donde las vacunas no siempre previenen la transmisión del virus. También podría ser útil en la prevención del herpes, para el cual no existen vacunas aprobadas actualmente. Además, los investigadores están explorando la posibilidad de utilizar FRIL en la alimentación de aves para prevenir la propagación de la gripe aviar .​

Consideraciones finales

Aunque los resultados preliminares son prometedores, es importante señalar que este chicle antiviral aún se encuentra en fase experimental. Se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar su seguridad y eficacia en humanos. Si estos ensayos confirman los resultados de laboratorio, podríamos estar ante una nueva herramienta en la prevención de enfermedades virales comunes.

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