Radxa ha presentado el Orion O6N, una placa base de formato Nano-ITX que condensa buena parte del rendimiento de su predecesor, el Orion O6, en un tamaño mucho más compacto y con un precio más ajustado. Este modelo incorpora el potente SoC CIX P1 CD8160 de doce núcleos basado en la arquitectura ARMv9, y se posiciona como una opción intermedia entre los SBC orientados a desarrollo doméstico y las soluciones industriales de alto rendimiento. Su equilibrio entre potencia, eficiencia y coste lo convierte en una de las propuestas más interesantes del panorama actual de la computación embebida.

Aunque mantiene el espíritu del Orion O6, la versión O6N no busca competir directamente con él, sino ampliar el abanico de opciones para desarrolladores, integradores de sistemas y entusiastas del hardware. El objetivo es claro: ofrecer una plataforma moderna con capacidad para ejecutar cargas intensivas de procesamiento y, al mismo tiempo, mantenerse dentro de un rango de consumo y tamaño contenido.

Un formato más pequeño con ambiciones grandes

El Orion O6N adopta el estándar Nano-ITX, con unas dimensiones de 120 por 120 milímetros, frente a los 170 milímetros del modelo Mini-ITX original. Esta reducción del 44 % en superficie se traduce en una mayor versatilidad a la hora de integrarlo en carcasas compactas o dispositivos embebidos. A pesar de su tamaño, la placa conserva buena parte del diseño térmico y de las conexiones esenciales.

La idea de Radxa ha sido mantener el procesador de doce núcleos CIX P1 CD8160, un chip que combina cuatro núcleos Cortex-X2 de alto rendimiento con ocho Cortex-A510 orientados a eficiencia energética. Este esquema de 4+8 núcleos, basado en la arquitectura ARMv9-A, ofrece un rendimiento multicore que ronda los 45.000 puntos en Geekbench 6, una cifra superior a la de SBCs equipados con el RK3588 de Rockchip o el A311D2 de Amlogic. Según CNX Software, este equilibrio de potencia y eficiencia energética convierte al O6N en una alternativa muy atractiva para aplicaciones exigentes sin necesidad de un sistema de refrigeración activo de gran tamaño.

Durante las pruebas iniciales, el consumo energético se mantuvo por debajo de los 25 vatios en condiciones de carga completa, lo cual es notable para una placa con este nivel de rendimiento. En funcionamiento normal, el consumo ronda los 12 a 15 vatios, lo que facilita su integración en proyectos de edge computing, donde la eficiencia térmica y eléctrica resulta esencial.

Un procesador de nueva generación para el edge computing

El CIX P1 CD8160 es un procesador poco común en el segmento de los SBC, pero representa un paso adelante respecto a las arquitecturas ARMv8 más extendidas. Su diseño ARMv9 permite aprovechar nuevas extensiones de seguridad y procesamiento vectorial, incluyendo soporte para SVE2 (Scalable Vector Extension 2), que mejora el rendimiento en tareas de inteligencia artificial, inferencia y procesamiento de datos.

Este chip también incorpora una GPU Mali-G710 MP8, capaz de manejar decodificación de vídeo en resoluciones 8K y aceleración por hardware para códecs HEVC y AV1. En la práctica, el O6N puede reproducir vídeo 4K con una carga de CPU inferior al 15 %, lo que demuestra la eficiencia del sistema gráfico integrado. En entornos donde se requiere procesamiento local de imágenes, como la visión artificial o la vigilancia inteligente, esta capacidad resulta especialmente valiosa.

Un aspecto técnico destacable es el soporte de memoria DDR5 a 4800 MHz, con una capacidad máxima de 32 GB. Este salto frente a la DDR4 de generaciones anteriores incrementa el ancho de banda disponible y reduce la latencia, mejorando el rendimiento en operaciones paralelas. La diferencia práctica se traduce en un aumento del 25 % en tareas de compresión y un 30 % en cargas de cálculo intensivo respecto al O6 original.

Conectividad y posibilidades de expansión

Radxa ha sabido encontrar un punto intermedio entre funcionalidad y coste. Aunque el O6N reduce algunos elementos respecto al modelo mayor, mantiene una conectividad notable. Incorpora dos puertos Ethernet, uno de ellos a 2,5 GbE, que permiten configuraciones de red de alta velocidad o redundancia. También dispone de puertos HDMI 2.1 con capacidad para salida 8K, cuatro puertos USB 3.2 de alta velocidad y dos ranuras M.2, una para almacenamiento NVMe y otra para módulos de conectividad inalámbrica compatibles con WiFi 6E y Bluetooth 5.3.

El conector GPIO de 40 pines mantiene la compatibilidad con periféricos tradicionales y proyectos maker, una decisión inteligente por parte de Radxa, que busca no alejarse de la filosofía de accesibilidad que caracteriza a este tipo de placas. El sistema de expansión PCIe Gen3 x4 abre además la puerta a la instalación de tarjetas dedicadas, desde controladoras de red hasta aceleradoras de cómputo.

A nivel térmico, la placa incorpora un disipador de aluminio anodizado que actúa de forma pasiva, aunque se puede complementar con un pequeño ventilador. En pruebas prolongadas, la temperatura del chip se mantuvo estable en torno a los 73 °C tras una hora de carga sostenida, un valor seguro para el funcionamiento continuo.

Rendimiento y comportamiento térmico

Las pruebas de rendimiento publicadas por Tom’s Hardware señalan que el Orion O6N puede superar en un 60 % la capacidad de inferencia de redes neuronales frente a placas equipadas con RK3588, especialmente cuando se utilizan librerías como Arm Compute Library o TensorFlow Lite. Esto se debe tanto a la mayor potencia de cálculo del procesador como al incremento en la velocidad de la memoria.

La gestión térmica también ha sido optimizada. Mientras que el modelo O6 podía alcanzar los 80 °C bajo carga continua, el O6N mantiene una temperatura media inferior a 75 °C, con un rendimiento sostenido superior al 95 % de la frecuencia máxima. Esta estabilidad térmica es fundamental en aplicaciones industriales o en proyectos que requieren operación 24/7.

Un producto pensado para la inteligencia artificial local

El O6N está claramente orientado a entornos donde el procesamiento debe realizarse localmente, sin depender de la nube. La creciente demanda de sistemas de IA en el borde (edge AI) encuentra en este tipo de hardware una solución equilibrada. Gracias a su GPU Mali-G710 y a la compatibilidad con APIs como OpenCL, Vulkan y NNAPI, la placa puede ejecutar modelos de reconocimiento de voz, visión artificial o clasificación de imágenes en tiempo real.

El soporte oficial para Linux (Debian, Ubuntu) y Android 14 amplía las posibilidades del sistema. Los desarrolladores pueden compilar software nativo para aprovechar las capacidades del procesador, mientras que los fabricantes disponen de una plataforma lista para integrar en productos finales. Radxa también ha anunciado compatibilidad con su propia distribución optimizada, Radxa OS, que ofrece un entorno preconfigurado con librerías para desarrollo embebido.

Comparación con el Radxa Orion O6

Aunque ambos modelos comparten el mismo procesador, el enfoque de diseño es distinto. El Orion O6 (que, por cierto, tenemos pendiente de revisar) está pensado como un SBC completo, con más opciones de expansión, puertos SATA y hasta 64 GB de memoria DDR5. En cambio, el Orion O6N reduce la memoria máxima a 32 GB y elimina los puertos SATA, pero conserva el rendimiento y la compatibilidad con los sistemas operativos.

Esta decisión permite rebajar el precio final a unos 189 dólares, frente a los aproximadamente 259 dólares del O6. En términos prácticos, el usuario obtiene la misma potencia de cómputo en un formato más pequeño y con menor consumo.

Un equilibrio entre coste, eficiencia y posibilidades

El éxito del Orion O6N no se mide solo en términos de velocidad o número de puertos, sino en su capacidad para ofrecer un equilibrio adecuado entre potencia y consumo. En un momento en el que el mercado de los SBC se encuentra saturado de opciones basadas en arquitecturas ARMv8, Radxa apuesta por dar el salto a ARMv9 y posicionarse un paso por delante.

La posibilidad de utilizar DDR5, de disponer de salidas de vídeo 8K y de contar con un procesador de 12 núcleos dentro de un formato Nano-ITX lo convierte en un equipo que trasciende el ámbito doméstico. Puede ser utilizado tanto en estaciones de trabajo ligeras como en dispositivos industriales o incluso en proyectos de automatización con inteligencia artificial.

Una apuesta abierta y documentada

Uno de los aspectos más valorados de Radxa es su apuesta por la documentación abierta. En el portal oficial Radxa Docs se encuentran disponibles esquemas eléctricos, configuraciones de firmware y ejemplos de uso para desarrolladores. Esta filosofía abierta facilita la adopción del O6N en proyectos profesionales y garantiza un soporte técnico más duradero.

La compatibilidad con accesorios del Orion O6, como disipadores, fuentes o módulos de expansión, añade coherencia al ecosistema. De este modo, quienes ya disponen del modelo anterior pueden reutilizar componentes y reducir costes de actualización.

Perspectiva y conclusiones

El Radxa Orion O6N representa una síntesis entre eficiencia, potencia y accesibilidad. Su rendimiento lo sitúa muy cerca de mini PCs con procesadores x86 de bajo consumo, pero con un coste y consumo significativamente menores. La adopción del estándar ARMv9 lo posiciona como una plataforma preparada para los próximos años, capaz de adaptarse tanto a desarrollos personales como a aplicaciones profesionales.

Si bien no sustituye al modelo O6, el O6N amplía el catálogo de Radxa con una alternativa más compacta que conserva la esencia de la serie Orion. Su lanzamiento confirma la madurez de la arquitectura ARM en el terreno de la informática embebida, un campo donde la eficiencia y la modularidad siguen siendo las claves del futuro.

156
Suscribirse
Notificación
0 Comments
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios
0
¡Aquí puedes dejar tus comentarios!x