La IcePi Zero es una placa FPGA de código abierto que busca acercar el mundo del hardware programable a un público más amplio, sin renunciar a un diseño compacto ni a la compatibilidad con los formatos conocidos. Inspirada en el factor de forma de la Raspberry Pi Zero, esta pequeña placa combina potencia, flexibilidad y un enfoque educativo y profesional que puede interesar tanto a desarrolladores avanzados como a aficionados a la electrónica.
Dotada de un chip Lattice iCE40UP5K, la IcePi Zero permite implementar diseños lógicos personalizados en un espacio reducido y con bajo consumo energético. A diferencia de otros productos similares, ofrece compatibilidad con herramientas de código abierto como Yosys, NextPNR o IceStorm, lo que reduce las barreras de entrada a quienes no quieren depender de entornos de desarrollo propietarios.
La comunidad de desarrolladores de hardware libre ha recibido este nuevo diseño con interés por su potencial para la enseñanza, la experimentación y el desarrollo de productos embebidos. Además, su compatibilidad parcial con HATs de Raspberry Pi y la presencia de conectores estándar como USB-C y GPIOs hacen que integrarla en proyectos existentes resulte sencillo. En este artículo analizamos en profundidad las características técnicas de la IcePi Zero, su contexto dentro del ecosistema FPGA actual y sus posibles aplicaciones reales.
Una FPGA para todos los públicos
Arquitectura basada en el chip iCE40UP5K
La IcePi Zero gira en torno al iCE40UP5K, un chip FPGA de la familia iCE40 UltraPlus de Lattice Semiconductor. Este modelo ofrece hasta 5.280 celdas lógicas (LUTs), 1 Mbit de RAM embebida y una matriz de 8 bloques DSP, todo ello en una encapsulación de bajo consumo. Gracias a su eficiencia energética, es ideal para aplicaciones portátiles, wearables y sistemas embebidos con restricciones térmicas o de energía.
Además, el iCE40UP5K incluye controladores para interfaces I²C y SPI, así como una funcionalidad de sensor de temperatura interna. Puede funcionar a frecuencias de hasta 48 MHz y permite ciclos de reloj relativamente rápidos para una gama amplia de tareas digitales. La placa IcePi Zero incluye también un oscilador de 12 MHz como reloj base, además de pads para relojes externos.
Factor de forma y conectividad compatible con Raspberry Pi Zero
La IcePi Zero mantiene el mismo tamaño y disposición de conectores que la Raspberry Pi Zero, lo que facilita su integración en carcasas, accesorios y placas diseñadas para esa plataforma. Dispone de 40 pines GPIO, un puerto USB-C para alimentación y programación, y un cabezal SWD para depuración del microcontrolador auxiliar.
No obstante, conviene destacar que la IcePi Zero no es un SBC (single-board computer) al uso, ya que no incluye procesador ARM ni sistema operativo. Su lógica interna es completamente configurable por el usuario, y depende de archivos de bitstream cargados a través del software correspondiente. Por ello, es más apropiada para quienes tienen experiencia —o interés— en el diseño digital y la programación de lógica a bajo nivel… tal y como os comentábamos en nuestra revisión del Papilio Pro uqe nos enviaron nuestros amigos de SeeedStudio.
Un enfoque hacia el desarrollo abierto y educativo
Una de las grandes ventajas de la IcePi Zero es su compatibilidad con herramientas de desarrollo de código abierto. Mientras que la mayoría de FPGAs requieren usar software propietario de fabricantes como Xilinx o Intel, esta placa puede configurarse con una cadena de herramientas compuesta por Yosys (para síntesis), NextPNR (para place & route) e IceStorm (para generar el bitstream final).
Esto no solo reduce costes, sino que permite comprender en profundidad cada etapa del diseño. La comunidad educativa se beneficia especialmente de esta apertura, ya que permite enseñar principios de diseño digital sin depender de licencias restrictivas ni de software cerrado.
Además, la IcePi Zero cuenta con soporte parcial para TinyGo y otros lenguajes más accesibles para desarrolladores acostumbrados al ecosistema software, lo que amplía su abanico de usuarios potenciales.
La placa también incluye un microcontrolador CH32V003, basado en RISC-V, que puede utilizarse para gestionar el encendido, cargar bitstreams y proporcionar servicios auxiliares. Este chip es programable mediante USB y puede actuar como intermediario entre el PC y la FPGA, o incluso como coprocesador en ciertas aplicaciones.
En cuanto a la conectividad adicional, la IcePi Zero incorpora botones de usuario, LEDs programables, y pads para relojes o señales adicionales. Todo ello pensado para facilitar el prototipado y la depuración de diseños sin necesidad de hardware externo.
¿Qué aporta frente a otras FPGAs?
Si comparamos la IcePi Zero con otras opciones del mercado, como la TinyFPGA BX o la UPduino v3.0, vemos que todas ellas emplean el mismo chip Lattice iCE40UP5K, pero la IcePi destaca por su diseño compacto y por su integración con el ecosistema Raspberry Pi. Además, el uso de USB-C frente al microUSB habitual mejora la experiencia de usuario, especialmente en entornos educativos donde la durabilidad del conector es clave.
Característica | IcePi Zero | TinyFPGA BX | UPduino v3.0 |
---|---|---|---|
FPGA | iCE40UP5K | iCE40UP5K | iCE40UP5K |
Factor de forma | Pi Zero compatible | Placa tipo breadboard | Compacta tipo stick |
Conector de alimentación | USB-C | MicroUSB | MicroUSB |
Soporte código abierto | Completo | Parcial | Completo |
MCU auxiliar | CH32V003 (RISC-V) | No | No |
GPIO | 40 pines | ~22 pines | ~20 pines |
La diferencia clave radica en la capacidad de combinar hardware abierto con un diseño pensado para facilitar su adopción por parte de usuarios no especializados.
Aplicaciones potenciales y uso práctico
Desde el aprendizaje hasta el prototipado profesional
Gracias a su bajo precio, su consumo reducido y su flexibilidad, la IcePi Zero es adecuada para una gran variedad de aplicaciones. Desde el diseño de filtros digitales, pasando por controladores de dispositivos, hasta la implementación de máquinas de estados o procesadores RISC-V sencillos, esta placa permite poner en práctica conceptos que hasta hace poco estaban reservados a laboratorios especializados.
Por ejemplo, es posible implementar una UART personalizada, un controlador VGA básico o un analizador lógico limitado dentro del chip FPGA. La comunidad también ha mostrado interés en usar esta placa para pruebas de verificación formal o como plataforma base para concursos de diseño digital.
Compatibilidad parcial con HATs y expansión de funcionalidades
Aunque la IcePi Zero no ejecuta Linux ni ofrece periféricos integrados como HDMI o CSI, sí permite el uso de HATs simples que solo requieran acceso a pines GPIO y una lógica definida por el usuario. Esto abre la puerta a usar sensores, displays o interfaces personalizadas sin necesidad de depender de procesadores generales.
A medio plazo, se espera que la comunidad desarrolle adaptadores o firmwares personalizados para expandir aún más su potencial. La propia naturaleza de la FPGA permite redefinir su funcionalidad casi por completo, lo cual convierte cada placa en un lienzo digital configurable.
Conclusiones y proyección futura
La IcePi Zero representa un paso interesante dentro del mundo de las FPGAs de bajo coste y código abierto. Aunque no pretende reemplazar a un SBC convencional, su valor reside en permitir el acceso al diseño digital con herramientas accesibles y en un formato familiar. Su integración con el ecosistema Raspberry Pi, su compatibilidad con software libre y su microcontrolador auxiliar programable refuerzan su perfil como plataforma de aprendizaje, investigación y prototipado.
El hecho de que sea una placa totalmente abierta, tanto en hardware como en software, favorece la creación de una comunidad activa que puede modificar, adaptar y mejorar sus capacidades. No está pensada para todo el mundo, pero sí para quienes quieren dar el salto del software al hardware con herramientas libres y sin grandes inversiones.
317