La revolución de la movilidad eléctrica no solo depende de más puntos de carga o coches con mejor diseño, sino también de avances radicales en la tecnología de baterías. En este contexto, la empresa 24M ha presentado Eternalyte, un electrolito líquido de nueva generación que promete cambiar las reglas del juego. Gracias a su alta conductividad iónica, Eternalyte permite cargas ultrarrápidas, mejor comportamiento en temperaturas extremas, mayor seguridad ante riesgos térmicos y una vida útil mucho más larga. Además, su compatibilidad con los sistemas de producción existentes lo convierte en una opción ideal para fabricantes de baterías que buscan eficiencia sin grandes inversiones en reestructuración. En este artículo, exploramos a fondo cómo funciona Eternalyte, qué lo diferencia del resto, y por qué podría ser el catalizador que necesita el sector eléctrico para dar el salto definitivo hacia el futuro.

La ciencia que impulsa Eternalyte: conducción iónica y rendimiento extremo

El componente clave que hace de Eternalyte una innovación disruptiva es su alta capacidad de conducción iónica, que es entre tres y cinco veces superior a la de los electrolitos líquidos tradicionales. Esta característica es esencial porque permite el movimiento más eficiente de los iones de litio entre el cátodo y el ánodo, lo cual se traduce en tiempos de carga significativamente reducidos y una entrega de energía más estable y potente.

En condiciones de laboratorio, se ha demostrado que Eternalyte permite alcanzar el 90 % de la carga en apenas 16 minutos cuando se utiliza con ánodos de grafito. Cuando se combina con baterías de litio-metal, la velocidad es aún más impresionante: hasta un 80 % de carga en solo 11 minutos. Además, este rendimiento no se ve comprometido por las bajas temperaturas, ya que las pruebas han mostrado que Eternalyte mantiene un comportamiento estable incluso a ‑20 °C, algo que las tecnologías actuales no pueden igualar sin pérdida de capacidad significativa.

La estabilidad de este electrolito ante temperaturas extremas y su resistencia al sobrecalentamiento también lo convierten en una solución mucho más segura. Los problemas relacionados con el crecimiento de dendritas, que pueden provocar cortocircuitos internos, se reducen drásticamente gracias a la formulación química de Eternalyte. Esto es especialmente relevante para las baterías de litio-metal, tradicionalmente más propensas a este tipo de fallos. Con Eternalyte, los ingenieros de 24M han conseguido prolongar la vida útil de las celdas sin sacrificar la seguridad ni el rendimiento energético.

Resultados en campo: durabilidad, eficiencia y seguridad combinadas

Más allá del laboratorio, los resultados de Eternalyte en pruebas de larga duración han sido notablemente positivos. Las baterías de litio-metal que incorporan este electrolito han conseguido mantener un 83 % de su capacidad original tras más de 500 ciclos de carga y descarga. Esta durabilidad se traduce, en términos prácticos, en la posibilidad de recorrer más de 800 000 kilómetros con una sola batería, si se tiene en cuenta un rendimiento medio de 1 600 kilómetros por carga completa. Es un dato que redefine por completo las expectativas actuales del sector.

Pero la durabilidad no es el único parámetro destacable. En pruebas con ciclos de descarga continua a una velocidad de 4 C (cuatro veces la capacidad nominal de la batería), no se detectaron aumentos significativos de la resistencia interna ni fenómenos de cortocircuito. Esto demuestra que Eternalyte es capaz de soportar altos niveles de exigencia sin comprometer la seguridad del sistema. También se observaron mejoras en el tiempo de respuesta ante cargas elevadas, lo cual es especialmente útil para vehículos eléctricos de alto rendimiento y otras aplicaciones que demandan gran potencia en poco tiempo, como drones o maquinaria industrial autónoma.

El equilibrio logrado entre velocidad de carga, resistencia térmica, durabilidad y eficiencia coloca a Eternalyte en una categoría propia dentro del campo de los electrolitos líquidos. Si bien existen ya alternativas en fase de desarrollo, como los electrolitos sólidos, ninguna ha alcanzado todavía esta combinación de propiedades sin requerir cambios estructurales en los procesos de fabricación actuales.

Transición sin fricciones: Eternalyte como solución inmediata para fabricantes

Uno de los principales obstáculos para la adopción de nuevas tecnologías en el sector energético es la necesidad de modificar las líneas de producción. En este sentido, Eternalyte ha sido diseñado específicamente para evitar ese problema. Su composición química permite una integración directa en las instalaciones industriales ya existentes, lo cual minimiza el coste de transición para los fabricantes de baterías y acelera su posible adopción a gran escala.

Eternalyte puede utilizarse tanto en baterías de ion‑litio convencionales con ánodos de grafito como en las de próxima generación basadas en litio-metal. Esto permite una gran flexibilidad para los fabricantes, que pueden adaptar su oferta a diferentes necesidades sin invertir en nuevas infraestructuras ni comprometer la fiabilidad del producto. Además, la formulación del electrolito está pensada para facilitar la manipulación y el almacenaje, cumpliendo con los estándares de seguridad ya regulados en la industria.

Esta compatibilidad convierte a Eternalyte en una solución escalable que no necesita ser introducida en forma de prototipo experimental. Por el contrario, ya se encuentra en fases avanzadas de pruebas con fabricantes interesados en mejorar el rendimiento de sus baterías sin incurrir en los sobrecostes que suponen otras tecnologías emergentes. De hecho, algunos proyectos piloto han mostrado que su uso puede reducir hasta un 20 % los costes operativos relacionados con ciclos de carga y mantenimiento, gracias a su menor degradación y menor riesgo térmico.

Además, al permitir densidades energéticas más elevadas sin comprometer el volumen del pack, Eternalyte ayuda a mejorar la autonomía sin necesidad de incrementar el peso del vehículo. Esta ventaja no solo afecta positivamente al rendimiento de los automóviles eléctricos, sino que también se traduce en un menor consumo energético global, contribuyendo a reducir la huella de carbono del transporte.

Un ecosistema de innovación: Eternalyte como parte de una arquitectura más ambiciosa

Eternalyte no es una innovación aislada. Forma parte de un ecosistema tecnológico que 24M ha desarrollado durante los últimos años con el objetivo de redefinir la arquitectura de las baterías del futuro. Este ecosistema incluye tecnologías complementarias que, al integrarse con Eternalyte, amplifican sus beneficios y permiten alcanzar nuevos niveles de eficiencia, seguridad y sostenibilidad.

Una de estas tecnologías es Impervio™, un separador inteligente que evita la formación de dendritas en las baterías de litio‑metal. Este sistema detecta de forma proactiva posibles cortocircuitos internos y bloquea el crecimiento de estructuras metálicas que puedan dañar la celda, aumentando así su fiabilidad operativa. Por otro lado, ETOP™, una arquitectura de diseño de packs de batería sin partes intermedias innecesarias, mejora la densidad energética al optimizar el espacio interno y reducir el peso total del conjunto.

Por último, LiForever™ representa una apuesta por la sostenibilidad. Esta tecnología permite fabricar electrodos sin aglutinantes, lo que facilita el reciclaje directo de los materiales activos sin procesos químicos complejos. En un contexto donde la economía circular es prioritaria, esta innovación aporta un valor añadido fundamental a largo plazo.

La combinación de Eternalyte con estas tecnologías podría allanar el camino hacia baterías capaces de ofrecer hasta 1 600 kilómetros de autonomía por carga, con una vida útil superior a los diez años, menor coste por ciclo y reciclabilidad casi total. Esta convergencia tecnológica no solo beneficiará a la industria automotriz, sino también a sectores como el almacenamiento energético estacionario, la aviación eléctrica o la robótica móvil.

Conclusión

Eternalyte representa un salto cualitativo en el desarrollo de baterías, y no solo por su alta capacidad de carga y rendimiento en temperaturas extremas. Lo más relevante es que introduce estas mejoras sin necesidad de cambiar radicalmente los procesos de fabricación, lo que facilita una adopción inmediata por parte de la industria. Además, su integración con otras tecnologías de 24M como Impervio™, ETOP™ y LiForever™ posiciona a la compañía como una de las más avanzadas en el desarrollo de soluciones para un futuro energético más limpio, seguro y eficiente. Si la transición hacia la movilidad eléctrica necesitaba una chispa que encendiera la verdadera revolución, Eternalyte puede ser ese punto de inflexión.

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