Desde tiempos de Newton, la gravedad ha sido considerada una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza. Einstein la reformuló como la curvatura del espacio-tiempo causada por la masa. Pero ¿y si todo eso no fuera más que una ilusión? ¿Y si la gravedad no fuera una fuerza fundamental, sino una consecuencia emergente del comportamiento estadístico del universo?
Esta es la provocadora idea que ha vuelto a cobrar fuerza en junio de 2025, tras un artículo publicado en Quanta Magazine por el periodista científico George Musser. Bajo el título “¿Es la gravedad solo entropía en aumento?”, el texto recoge investigaciones recientes que exploran una hipótesis cada vez más influyente en los círculos de la física teórica: que la gravedad podría surgir del crecimiento de la entropía.
¿Qué es la entropía y qué tiene que ver con la gravedad?
La entropía, en términos sencillos, mide el grado de desorden o el número de configuraciones posibles de un sistema. La segunda ley de la termodinámica dice que, con el tiempo, la entropía siempre tiende a aumentar. Es por eso que un vaso roto no se recompone solo, o que el humo de una vela se dispersa en el aire.
Algunos físicos creen que esta tendencia natural hacia el desorden podría estar detrás de la gravedad. Según esta hipótesis, cuando un objeto se mueve “hacia abajo” —por ejemplo, una manzana cayendo del árbol— en realidad lo hace porque al hacerlo se incrementa el número de formas posibles en que puede organizarse la información del sistema. Es decir, cae porque así crece la entropía total del entorno.
En esta visión, la gravedad no sería una fuerza en el sentido clásico, sino un efecto estadístico que emerge del comportamiento colectivo de sistemas cuánticos. No sería una interacción “real” como la electromagnética, sino un tipo de empuje derivado de cómo tienden a organizarse los sistemas para maximizar la entropía.
De idea marginal a hipótesis tomada en serio
Aunque esta idea puede sonar extraña, no es nueva. El físico holandés Erik Verlinde la propuso en 2010 y desde entonces ha generado debates intensos. Durante años fue considerada una curiosidad teórica. Pero en los últimos tiempos, ha empezado a ganar adeptos entre quienes buscan una teoría que unifique la relatividad general y la mecánica cuántica.
El reciente artículo de Quanta Magazine señala que varios grupos de investigación están retomando con seriedad esta propuesta. Uno de los enfoques más interesantes proviene de la física Ginestra Bianconi, que ha desarrollado modelos matemáticos donde el aumento de entropía lleva a resultados similares a los que predice la teoría de la relatividad de Einstein. En otras palabras: en determinadas condiciones, el comportamiento de la entropía se traduce en una gravedad emergente muy parecida a la real.
Además, algunos de estos modelos explican también la expansión acelerada del universo, que actualmente atribuimos a una misteriosa “energía oscura”. Si la entropía tiende a crecer, eso por sí solo podría generar un efecto que impulse el espacio a expandirse más rápidamente, sin necesidad de postular una nueva sustancia o energía desconocida.
El universo como una red de información
Una de las claves detrás de esta idea es pensar el universo no solo como un conjunto de partículas y fuerzas, sino como una red de información. Algunas teorías modernas consideran que el espacio-tiempo podría ser el resultado del entrelazamiento cuántico de sistemas elementales. En este marco, lo que entendemos como geometría o distancia sería una forma emergente de organizar la información.
Desde esta perspectiva, el universo sería como un sistema en continua reorganización, en el que los elementos buscan configuraciones más probables, más estables, más “desordenadas”. La gravedad, entonces, surgiría como un efecto colateral de ese proceso.
Este enfoque conecta con otras ideas sugerentes, como el principio holográfico (que plantea que toda la información de un volumen puede almacenarse en su superficie) o la termodinámica del agujero negro, donde ya se intuía que la gravedad y la entropía están profundamente relacionadas.
Las críticas y los desafíos
No todos los físicos están convencidos. Una de las críticas principales a la hipótesis de la gravedad entrópica es que, aunque puede reproducir algunas leyes clásicas, como la ley de Newton a escala macroscópica, aún no se ha demostrado que pueda explicar todos los efectos conocidos de la gravedad con la misma precisión que la relatividad general.
Por ejemplo, fenómenos como la curvatura de la luz en presencia de masa (lentes gravitacionales), las ondas gravitacionales o el comportamiento de los sistemas cuánticos en campos gravitatorios intensos aún no están completamente resueltos en los modelos entrópicos.
Tampoco está claro cómo podrían probarse estas ideas de forma experimental. Los efectos diferenciales respecto a la teoría de Einstein son extremadamente sutiles, y las observaciones actuales no bastan para descartarlas ni confirmarlas de manera concluyente.
A pesar de todo, la hipótesis sigue creciendo en popularidad, especialmente entre quienes buscan una salida a la crisis de fundamentos que atraviesa la física teórica desde hace décadas.
Un cambio profundo en nuestra forma de ver la realidad
Si en algún momento se confirmara que la gravedad no es una fuerza fundamental, sino una propiedad emergente del crecimiento de la entropía, estaríamos ante un cambio radical en la forma de entender el universo. Algunas de las consecuencias serían:
Unificación de teorías: permitiría conectar mejor la relatividad y la mecánica cuántica en una teoría del todo basada en principios estadísticos e informacionales.
Nueva interpretación del cosmos: fenómenos como la expansión acelerada podrían explicarse como simples resultados del comportamiento termodinámico del universo.
Revolución conceptual: implicaría que el espacio y el tiempo, tal como los conocemos, no son entidades primarias, sino productos emergentes de procesos más básicos.
¿Estamos cerca de una revolución?
Por ahora, la idea de la gravedad entrópica sigue siendo una hipótesis atractiva, pero incompleta. No ha sido verificada de forma empírica ni ha reemplazado a la teoría de Einstein, que sigue siendo la mejor herramienta disponible para describir cómo funciona la gravedad en el universo observable.
Sin embargo, los estudios recientes que recopila el artículo de Quanta Magazine, especialmente los desarrollos de Ginestra Bianconi y otros teóricos, indican que la comunidad científica está empezando a considerar seriamente este tipo de enfoques. El simple hecho de que una propuesta tan radical esté ganando espacio en revistas respetadas ya es una señal de que algo se está moviendo.
Quizá, dentro de unos años, descubramos que lo que considerábamos una fuerza fundamental era en realidad un efecto estadístico más de un universo que se rige, en última instancia, por las leyes de la información y el desorden.
