Aunque nuestro amigo Òscar siga sin creerse que el futuro que nos espera depende en gran medida del grafeno el hecho es que cada día que pasa se descubren nuevas posibilidades de uso.
Por ejemplo, acaban de descubrir que el grafeno es capaz de purificar el agua, haciéndola potable, sin cloración adicional.
Los resultados mostraron que el óxido de grafeno, junto con las bacterias vivas y destruidas, forman escamas dentro de las soluciones.
La masa resultante se puede extraer fácilmente, haciendo que el agua esté casi completamente libre de bacterias.
Si la masa extraída se trata con ultrasonido, el grafeno se puede separar y reutilizar.
Si bien aún no se sabe exactamente cómo ocurre la destrucción adicional de las bacterias, los investigadores creen que el óxido de grafeno provoca la formación de radicales libres que son dañinos para las bacterias más que por un fenómeno púramente mecánico.
Según los científicos, si un sistema de purificación de este tipo se utiliza para el agua, será posible evitar la cloración adicional.
Existen otras ventajas: la descontaminación con óxido de grafeno tiene un bajo costo; además, esta tecnología es fácil de escalar al formato de las grandes plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas.
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