Siempre hay gente para todo por lo que, Dios nos libre, de juzgar a aquellos interesados en mantener a buen recuerdo sus disquetes. La verdad es que más de una vez me arrepiento de haber perdido aquellos disquetes de 8″ y de doble cara que eran capaces de almacenar… 1.2 Megas de datos!
Luego los discos se hicieron más pequeños en tamaño y con más capacidad y de 5.25″ y 3.5″ todavía debo tener por ahí.
Para los aficionados a las «cosas viejas» y que todavía conservan sus disqueteras, el amigo Picosonic nos describe en su github como conectar directamente una RPi a una de estas viejas disqueteras y poder leer así sus viejos disquetes.
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Otra cosa que nunca podré perdonarme es haber perdido las memorias de ferrita que me regaló Jose María Antón.