Hace algo más de cinco años nos hacíamos eco del lanzamiento con éxito del Capitán Beto, primer nanosatélite desarrollado y fabricado en Argentina. El satélite de menos de 2 kilos de peso y 20 cm de altura por 10 cm de anchura tuvo un costo inferior a los 50.000 $ lanzándose desde China. A finales del mismo año 2013 también se lanzó con éxito (esta vez desde Rusia) el Manolito…. en honor a Mafalda, claro está.
También en España estaba previsto el lanzamiento pocos meses después del CubeCat-1 pero el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania provocó la cancelación de todos los lanzamientos previsto. Un año después, cuando debía intentar de nuevo ponerse en órbita a bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa Space X, la explosión en vuelo de Falcon 9 volvió a paralizar la situación. Una segunda explosión de un Falcon 9 pospuso de nuevo la fecha prevista de lanzamiento, esta vez indefinidamente. Finalmente, el CubeCat-1 ha podido ponerse órbita a bordo del cohete indio PSLV-C43.
Serán estudiantes de doctorado junto con investigadores del NanoSat Lab de la UPC quienes realicen el seguimiento de este pequeño satélite, que orbitará la Tierra a unos 500km de altitud, en una órbita polar que hará que pase por Cataluña cuatro veces al día. Las señales que envíe el Cat-1 serán captadas por una antena instalada en el Observatori Astronòmic del Montsec, en Lleida, y desde allí enviadas mediante fibra óptica al centro de control de la misión, ubicado en el NanoSat Lab, en el campus norte de la UPC.
Este nanosatélite es el segundo que llega al espacio, después de que el CubeCat-2 se lanzara el 15 de agosto de 2018. Pero es el primero de una generación de instrumentos de experimentación que siguen el estándar CubeSat: se trata de dispositivos de pequeño volumen, que pesan entre 1 y 10kg, y que gracias al uso de componentes comerciales estándar pueden ser desarrollados por estudiantes universitarios.

El uso de aprendizaje profundo para alimentar CubeSats representa un avance emocionante en la tecnología espacial. Este enfoque permite optimizar el consumo de energía y mejorar la eficiencia operativa de estos pequeños satélites. Al analizar datos en tiempo real, los algoritmos de inteligencia artificial pueden ajustar dinámicamente el uso de energía, maximizando la duración de la misión y reduciendo el riesgo de fallos. Esta innovación no solo amplía las capacidades de los CubeSats, sino que también abre nuevas posibilidades para misiones científicas y comerciales en el espacio. Es un ejemplo brillante de cómo la IA está transformando la exploración espacial.
Los nanosatélites catalanes, como el ‘Enxaneta’ y el ‘Menut’, están relacionados con los CubeSats, ya que ambos comparten características similares en diseño y funcionalidad. Los CubeSats son satélites pequeños, modulares y económicos que han revolucionado la industria aeroespacial, y los nanosatélites catalanes se basan en este concepto. Por ejemplo, el ‘Enxaneta’ fue diseñado para mejorar la conectividad IoT en Cataluña, mientras que los CubeSats tienen aplicaciones diversas, desde observación terrestre hasta investigación científica. Ambos representan avances tecnológicos significativos en el ámbito espacial.