Aprovechando nuestra asistencia la pasada semana a un interesante seminario sobre Mantenimiento Predictivo estuvimos charlando a la salida sobre gemelos digitales (digital twins). Si bien resultan de lo más interesantes, la realidad es que la dificultad (más bien imposibilidad) de disponer de ellos para equipos o Plantas industriales complejas los hacen todavía inexistentes. Cuando dispongamos de ordenadores cuánticos todo esto cambiará y empezaremos a ver auténticas «plantas virtuales«.
Por eso, la Comunidad Europea se ha dado cuenta de las posibilidades que traerá el desarrollo de este tipo de computación y para no quedarnos retrasados en sus desarrollos frente a USA o China se invertirán 1000 millones de euros en los próximos años en el Quantum Flagship. El objetivo es impulsar una nueva industria tecnológica a partir de la investigación que se hace en los laboratorios.
Para los primeros tres años, desde octubre del 2018 hasta septiembre del 2021, se ha aprobado una inversión de 132 millones de euros que se destinará a 20 proyectos de investigación seleccionados entre 140 candidatos. En estos tres primeros años deben sentarse las bases para que, a partir de los proyectos financiados, puedan desarrollarse en los siete años siguientes aplicaciones comerciales que den lugar a una nueva industria y que beneficien a los ciudadanos.
Por ejemplo, una posible utilidad de estos superpotentes ordenadores cuánticos será su utilización para aprendizaje por refuerzo de redes neuronales. De esta forma será posible, por ejemplo, realizar millones de simulaciones rigurosas de una refinería completa en segundos cosa que ahora mismo es totalmente imposible incluso en el supercomputador más potente en la actualidad.
También se podrían utilizar sin duda para realizar cálculos de química computacional que ahora mismo se tiene que reducir a modelos mecanísticos para el hidrógeno y poco más… y modelos aproximados para moléculas más grandes.
¡Qué ganas tengo de hacer un proyecto con uno de estos ordenadores cuánticos!

También aquí «ven» como nosotros la importancia de la computación cuántica para resolver problemas de big data en los que ahora mismo ni siquiera nos atrevemos a pensar dada la complejidad de los mismos.
¿Quién me iba a decir que al final en mis proyectos futuros se integrasen las redes neuronales (que usé en mi máster en inforática hace un par de décadas) junto a los modelos rigurosos de procesos químicos (que usé tanto en mi época de profe universitario y en la de Procesista en la refinería de Puertollano) por no hablar de la química cuántica de mis últimos años en el Centro de Tecnología de la petrolera… por no hablar de mi actual trabajo como consultor de Big Data / científico de datos?