Durante este pasado fin de semana se ha comentado mucho el fascinante experimento donde un artista francés entrena a ratas para hacerse selfies, explorando la conexión entre la dopamina, la tecnología y el comportamiento. Desde el diseño de la caja de Skinner hasta la relación con la adicción a las redes sociales, este experimento destaca cómo nuestras interacciones con la tecnología reflejan sorprendentes paralelos con el comportamiento animal.

Cuando las ratas se vuelven adictas a hacerse selfies

En un giro sorprendente, un artista francés emula los experimentos de B.F. Skinner de la década de 1950 al entrenar ratas para tomar selfies. Inspirado por la psicología conductual, el artista construye una versión moderna de la caja de Skinner, incorporando una cámara, una dispensadora de azúcar y un mecanismo que recompensa a las ratas cada vez que presionan el obturador. ¿El resultado? Ratas adictas a la acción de tomar fotos de sí mismas, demostrando la poderosa influencia de la dopamina en el comportamiento.

Tecnología que reproduce comportamientos

El experimento revela cómo la tecnología puede reproducir comportamientos condicionados. Al principio, las ratas responden a la recompensa de azúcar, pero con el tiempo, prefieren el acto de tomar fotos. Este fenómeno plantea interrogantes sobre nuestras propias interacciones con la tecnología moderna, especialmente en redes sociales, donde la dopamina desencadenada por likes y comentarios puede ser tan adictiva como una sustancia química, manteniéndonos conectados de manera compulsiva.

La paradoja humana en la era digital

A medida que la sociedad enfrenta crecientes problemas de adicción a las redes sociales, el experimento con ratas ofrece una perspectiva única. La similitud en los patrones de comportamiento entre humanos y ratas destaca la capacidad de la tecnología para influir en nuestra psicología. La dopamina, clave en la recompensa y la adicción, nos conecta de manera inesperada con nuestros amigos roedores. Este estudio plantea preguntas cruciales sobre cómo la tecnología está dando forma a nuestra conducta diaria y plantea desafíos para equilibrar el uso saludable de la tecnología en la era digital.