Antes de sumergirnos en la era digital de las gallinas, hagamos un repaso rápido sobre nuestro consumo de huevos. En España, el ciudadano promedio consume casi 14,5 kg de huevos al año. Si nos trasladamos a Estados Unidos, esa cifra aumenta a aproximadamente a 19 kg por persona en el mismo periodo. ¡Hablamos de miles de millones de huevos al año entre ambos países! Dado este voraz apetito, tiene sentido que busquemos optimizar la forma en que cuidamos a nuestras gallinas y cómo recolectamos sus preciados huevos.

Un hogar futurista para las productoras de huevos

¿Te imaginas recibir una notificación en tu smartphone cada vez que una gallina pone un huevo? Sí, has leído bien. En una era donde casi todo está conectado, las gallinas tampoco se quedan atrás. Los gallineros inteligentes Coop han llegado para transformar la manera en que cuidamos a estos animales.

Comodidad incluso en las estaciones más extremas

Las temperaturas extremadamente frías o calientes no son un problema. Sensores monitorean constantemente el ambiente, ajustando sistemas de calefacción o ventilación, garantizando que nuestras plumíferas amigas estén siempre cómodas.

La seguridad es esencial

Los depredadores son una amenaza constante. Sin embargo, gracias a cámaras de seguridad y alarmas inteligentes, esos días de preocupación quedaron atrás. Y sí, recibirás alertas directamente en tu móvil.

Alimentación y recolección, todo en automático

¿Quién dijo que cuidar gallinas requiere madrugar? Gracias a su software Albert Eggstein tus gallinas vivirán como auténticas reinas y los sistemas de alimentación automatizados y recolección de huevos de Coop, te permitirán disfrutar de esas horas extras de sueño.

Sostenibilidad en el corral

El gallinero COOP que han revisado aquí no sólo es inteligente, sino también verde. Equipado con paneles solares y sistemas de recolección de agua, cuida hasta el más mínimo detalle pensando en la sostenibilidad.

Conclusión

La tecnología y la innovación continúan transformando aspectos de nuestra vida que jamás hubiéramos imaginado. Ahora, hasta nuestras gallinas “caseras” pueden disfrutar de los beneficios de la digitalización.