Gracias al empleo de la bioacústica y la biogeografía un grupo de científicos confía en predecir las variaciones climáticas a partir del … canto de diversos animales, entre ellos las ranas.
Según nos cuentan en su artículo Calling behaviour under climate change: geographical and seasonal variation of calling temperatures in ectotherms el equipo de investigadores del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales se ha centrado en estudiar el canto de ranas y sapos para ir un paso más allá, y tratar de comprender que relación podría existir entre las señales acústicas emitidas por estos animales y las condiciones de su medio. Por un lado esto podría proporcionar una valiosa información de como estas distintas especies se están adaptado al cambio climático, y por otro a tener una mejor comprensión de la variación del clima que vivimos en la actualidad.
Los seres vivos somos extremadamente sensibles a las condiciones climáticas. La mayoría de organismos requieren determinados niveles de precipitación, humedad o temperatura para reproducirse y sobrevivir. Por ello, los animales a menudo restringen su actividad a periodos y lugares que les resultan favorables.
Para estudiar este fenómeno, se han centrado en los anuros, un grupo de anfibios entre los que se incluyen ranas y sapos. Para ello se valieron de diversas e innovadoras técnicas de grabación de audio, una nueva metodología de estudio denominada seguimiento acústico pasivo, para examinar las temperaturas anuales a las que se producían los reclamos de 5 especies de anuros de zonas templadas, como variaban estas en su distribución en el territorio y estacionalmente, y cuales eran los mecanismos que permiten a los ectotermos adaptarse a los entornos térmicos cambiantes.
Así, tras grabar y analizar miles de horas de grabación mediante algoritmos similares a los de reconocimiento de voz que usan actualmente nuestros móviles), los investigadores fueron capaces de detectar las especies presentes en cada ecosistema, sus periodos de reproducción o en qué condiciones ambientales están activas.
En el futuro esperan poder emplear toda esta información para predecir las respuestas de estas especies a los cambios de precipitación y temperatura, los posibles desajustes en las interacciones que se establecen entre las distintas especies, así como su probable extinción en algunos ecosistemas dadas unas condiciones desfavorables.
486
Según este estudio escrito por 10 científicos globales, dirigidos por la Universidad Estatal de Oregón, los signos vitales de nuestro planeta han alcanzado el código rojo y la humanidad se enfrenta inequívocamente a una EMERGENCIA CLIMÁTICA