Una de las aplicaciones más claras de la computación cuántica es la protección de la información que es por otra parte la gran preocupación de la gente que se dedica a dificultar a los “malos” a que utilicen la fuerza bruta para romper hasta los algoritmos más complejos. Para proteger la información frente a ataques de los futuros ordenadores cuánticos, dos opciones están sobre la mesa.

La opción de los matemáticos, conocida como criptografía post-cuántica (post-quantum cryptography, PQC). O lo que es lo mismo, un problema matemático dificil de resolver tanto por un ordenador cuántico como por uno clásico. Como ahora lo es para los ordenadores clásicos la factorización de números primos, o los logaritmos discretos en grupos cíclicos.

La opción de los físicos, conocida como distribución de claves cuánticas (quantum key distribution, QKD). En esta opción la clave entre dos puntos se distribuye codificando sus 0 y 1 en el estado cuántico de un fotón (i.e. polarización). Si se detecta que un atacante está intentando leer la clave, esta se deja de transmitir.

Si quieres conocer mejor cómo funcionan ambas tecnologías, nuestros compañeros Inés López y Enrique Crespo lo explican perfectamente en el siguiente video:

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Pues bien, recientemente la NSA ha publicado una nota en su web, indicando que para proteger la seguridad nacional consideran que es más práctica la criptografía post-cuántica.

“NSA considers cryptography based upon mathematical algorithms to be a better alternative for securing National Security Systems against the threat posed by future developments in quantum computing” y afirman que la QKD “suffers from limitations and implementation challenges that make it impractical for use in NSS operational networks”.

Parece que este round lo ganan los matemáticos aunque si alguien es capaz de entenderlo… que me lo explique, por favor.

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