El Amazfit Active 2 llega como un smartwatch asequible que intenta combinar pantalla AMOLED, buena autonomía y funciones de salud suficientemente completas sin disparar el precio final. Su diseño discreto y su peso reducido facilitan el uso diario, mientras que los sensores integrados cubren las necesidades de usuarios que buscan un reloj práctico para entrenar, dormir, caminar o simplemente llevar un control general de la actividad.
Un smartwatch que apuesta por la ligereza y la nitidez
El Amazfit Active 2 adopta una apariencia sobria con una caja metálica que mejora la sensación de robustez sin sacrificar la comodidad. La versión estándar se queda en unos 29,5 gramos y menos de 10 mm de grosor, algo que ayuda a que resulte apenas perceptible durante actividades largas o al dormir. Esta decisión de diseño, descrita en el análisis de Tech Advisor, se nota también en la forma en la que el reloj asienta en la muñeca, evitando movimientos innecesarios que afectarían a las mediciones ópticas.
La pantalla AMOLED de 1,32 pulgadas ofrece 466 × 466 píxeles y un pico de brillo de 2.000 nits. Este nivel no solo garantiza una lectura clara bajo sol directo, sino que permite representar gráficos y métricas de forma más detallada. En pruebas realizadas por medios como Tom’s Guide, la legibilidad exterior se mantiene incluso con esferas de alto contraste y modo AOD activo. La variante premium utiliza cristal de zafiro, mientras que la estándar apuesta por cristal templado, una diferencia que se traduce en mayor resistencia a microarañazos en el primer caso.
El funcionamiento diario se apoya en dos botones físicos que simplifican la navegación entre apps y entrenamientos. Aunque ZeppOS 3.0 no alcanza la amplitud de ecosistemas de plataformas como watchOS, su consumo energético es bajo y mantiene tiempos de respuesta rápidos, algo que influye directamente en la eficiencia interna del reloj. El sistema resulta estable y mantiene una curva de aprendizaje corta incluso para quienes vienen de otros smartwatches.
Salud, sensores y deporte: lo que aporta realmente
El dispositivo incluye medición de frecuencia cardíaca mediante sensor óptico, registro de saturación de oxígeno en sangre, análisis de sueño y cálculo de variabilidad cardíaca. Este último —habitualmente representado como HRV— permite estimar parámetros relacionados con el estrés fisiológico y el nivel de recuperación. Técnicamente, el sensor realiza lecturas en intervalos de unos pocos milisegundos y después genera un promedio ponderado que ZeppOS interpreta como estabilidad autonómica. En escenarios intensivos, como series de alta intensidad o cambios bruscos de ritmo, se han apreciado desviaciones respecto a dispositivos de gama alta.
El reloj monitoriza patrones de sueño con etapas ligeras, profundas y REM, además de ofrecer una puntuación global basada en modelos algoritmos derivados de estudios de descanso. Aunque no es un dispositivo médico, el sistema de análisis complementa tendencias a largo plazo y permite detectar hábitos irregulares, como latencias de inicio superiores a los 25 minutos o despertares repetidos durante la fase N2.
Para el deporte, incorpora más de 160 modos de entrenamiento y un módulo GNSS multibanda que mejora la estabilidad del posicionamiento respecto a generaciones previas. En pruebas prácticas detalladas por Wareable, el consumo del GPS ronda el 10 % por sesión de una hora, lo que encaja con una autonomía total que suele mantenerse entre los 4 y 5 días con entrenamiento diario y pantalla siempre encendida. La resistencia al agua 5 ATM permite nadar sin preocupaciones, aunque no está pensado para buceo ni actividades que requieran sensores de presión más avanzados.
Los mapas offline representan uno de los puntos más destacados para su rango de precio. Estos mapas permiten navegar rutas sin tener que llevar el teléfono, algo poco habitual en smartwatches por debajo de los cien euros. El reloj emplea una forma compactada de datos cartográficos que reduce el tamaño por kilómetro cuadrado y facilita el renderizado sin comprometer la fluidez.
Las notificaciones funcionan de manera estable, especialmente en Android. En iPhone, la interacción es más limitada, pero se mantiene la lectura correcta de mensajes y avisos del sistema. Técnicamente, el reloj utiliza un canal Bluetooth de baja energía que evita picos excesivos de consumo, manteniendo la tasa media por debajo de los 0,5 mA durante sincronizaciones cortas.
Autonomía: el apartado en el que destaca más
La batería de 270 mAh se gestiona con un algoritmo adaptativo que ajusta el consumo según el comportamiento del usuario. En escenarios normales se alcanzan los 10 días anunciados, con ciclos típicos de sueño, alguna sesión deportiva semanal y conexión constante al móvil. Cuando se activa el modo de pantalla siempre encendida, la duración se reduce a unos 4 o 5 días, una cifra que sigue situándolo por encima de muchos rivales.
En pruebas donde se combinaron navegación por mapas, GPS continuo y sensor de pulso activo, el gasto por hora se situó entre el 8 % y el 12 %, un comportamiento estable que indica una calibración interna eficaz. El reloj se carga del 0 % al 100 % en unas dos horas, con un pico inicial cercano a 5 V y un control térmico suave para evitar calentamientos perceptibles.
Desde una perspectiva técnica, los bajos consumos durante tareas pasivas se deben a la arquitectura interna del chip, optimizado para mantener estados de sueño profundo sin perder conectividad BLE. Este tipo de gestión aporta un equilibrio entre rendimiento y autonomía que normalmente se reserva para modelos más caros.
Lo que podría mejorar
Aunque el conjunto es notable, hay elementos mejorables. La tienda de aplicaciones continúa siendo limitada, con menos integración de servicios externos y escasas apps de terceros. Algunas funciones deportivas avanzadas, como métricas de carga basadas en VO₂ max calculado con modelos más complejos, resultan menos detalladas que en dispositivos de gama alta. Además, la versión estándar no incluye NFC para pagos, por lo que quienes quieran usar el reloj como monedero electrónico deberán elegir la variante superior.
En actividades muy intensas o con cambios rápidos de ritmo, el sensor cardíaco puede mostrar diferencias puntuales respecto a monitores de pecho, que utilizan lectura eléctrica en lugar de óptica. Esto no afecta a la mayoría de usuarios, pero es relevante para quienes entrenan con métricas de precisión.
El ecosistema ZeppOS, aunque estable, necesita tiempo para desarrollar un entorno más competitivo. Su rendimiento es bueno, pero la falta de profundidad en algunas secciones de configuración o historial —como gráficas ampliadas de largo plazo— limita algo la experiencia.
¿A quién le encaja realmente el Active 2?
El Amazfit Active 2 está pensado para quienes buscan un smartwatch funcional sin invertir demasiado. Su equilibrio entre diseño, sensores, autonomía y navegación lo convierten en un candidato sólido para deportistas casuales, usuarios que quieren monitorizar sueño y estrés, o personas que simplemente valoran tener notificaciones sin depender del móvil. La pantalla AMOLED de alta nitidez aporta un valor añadido notable para el precio que tiene, especialmente frente a opciones con paneles menos brillantes o de menor resolución.
El reloj no compite contra gamas altas, y tampoco lo pretende. Su atractivo reside en ofrecer un conjunto coherente y práctico que encaja en el día a día sin complicaciones. En un momento en el que el mercado se llena de dispositivos con precios crecientes, el Active 2 mantiene la filosofía de ofrecer “lo suficiente y algo más” sin incrementar el coste. Su comportamiento equilibrado permite que muchos usuarios lo consideren una opción definitiva para uso cotidiano, especialmente aquellos que priorizan autonomía y comodidad frente a florituras técnicas.
Reflexiones finales
El Amazfit Active 2 demuestra que un diseño ligero, sensores suficientes y una autonomía por encima de la media pueden ser argumentación suficiente para convencer a quienes buscan un reloj práctico sin lujos. La pantalla AMOLED aporta calidad real, los mapas offline lo diferencian de otros modelos de precio similar y la compatibilidad tanto con Android como con iOS amplía su alcance. Tiene aspectos mejorables, sobre todo en precisión deportiva y ecosistema de apps, pero el conjunto funciona con coherencia.
En definitiva, el Active 2 no aspira a competir con los dispositivos más sofisticados, sino a ofrecer una experiencia sencilla, estable y completa. Y en ese terreno cumple con creces.
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