El Luna Smart Ring aparece como una alternativa directa al Oura Ring 4, destacando por su precio más competitivo y, sobre todo, por su modelo de uso sin necesidad de pagar una suscripción mensual. Con sensores de frecuencia cardíaca, temperatura cutánea y oxígeno en sangre, además de funciones de seguimiento del sueño y un asistente con IA, este dispositivo busca atraer a usuarios que quieren control biométrico sin costes recurrentes. Su autonomía ronda los cuatro días, aunque la marca ya prepara una segunda generación con mejoras importantes. Si bien su aplicación todavía muestra limitaciones y el diseño no es tan refinado como el de algunos rivales, se trata de un dispositivo que gana atractivo por su equilibrio entre coste y prestaciones.
¿Qué propone el Luna Ring?
El Luna Smart Ring de primera generación se comercializa por unos 300 USD, lo que supone aproximadamente 50 USD menos que la versión 4 del Oura Ring. La diferencia más significativa, sin embargo, es que no requiere suscripción mensual para acceder a todas sus funcionalidades. Según la comparativa publicada en TechRadar, esta política supone un ahorro de más de 70 USD anuales respecto a Oura, que mantiene una cuota de unos 5,99 USD al mes.
Desde el punto de vista técnico, el anillo integra sensores de frecuencia cardíaca, oxígeno en sangre (SpO₂) y temperatura cutánea. La aplicación asociada incluye un panel denominado “Health Monitor” que organiza los datos de forma intuitiva. No obstante, algunas reseñas, como la de Tom’s Guide, advierten de que la interfaz todavía necesita pulirse y que el asistente LunaAI, pese a ser una idea prometedora, se encuentra en una fase temprana de desarrollo.
La autonomía de la versión inicial se queda en torno a los cuatro días por carga, cifra inferior a la que ofrecen competidores como Oura, que alcanzan entre seis y ocho días en uso real. La compañía ha anunciado ya la llegada de la segunda generación, el Luna Ring 2, que según Tom’s Guide ofrecerá entre cinco y seis días de batería ampliables hasta treinta gracias a un estuche cargador adicional. Otro detalle práctico es que el kit de tallas se incluye sin coste, mientras que marcas como Oura o Samsung cobran un extra por este servicio.
En qué destaca y dónde necesita pulirse
El atractivo principal del Luna Ring es el acceso a métricas completas sin coste recurrente. Los sensores biométricos permiten medir datos relevantes como la variabilidad de la frecuencia cardíaca, que se calcula en milisegundos y sirve como indicador temprano de fatiga o estrés, y la saturación de oxígeno en sangre con un margen de precisión de ±2 %. Además, el control de temperatura cutánea puede detectar desviaciones de apenas 0,1 °C, un detalle técnico útil para monitorizar procesos inflamatorios o cambios en el ciclo circadiano.
Sin embargo, hay limitaciones evidentes. La autonomía, que se queda en unos cuatro días, obliga a cargar el dispositivo con más frecuencia de la que muchos usuarios consideran cómoda. El diseño, aunque ligero y ergonómico, no alcanza el nivel de refinamiento de rivales como Oura, especialmente en acabados metálicos como el dorado. A nivel de software, la aplicación muestra fallos ocasionales de sincronización y algunas descripciones en su interfaz no resultan claras. En palabras de la revisión que han hecho en TechRadar, el Luna Ring ofrece una base sólida pero todavía con margen de mejora en pulido y experiencia de usuario.
Luna Smart Ring (Gen 1)
La primera generación del Luna Smart Ring se ha posicionado como el núcleo de esta propuesta. Con un coste ajustado, sensores de salud completos y ausencia de suscripciones, resulta atractivo para quienes buscan un seguimiento de parámetros básicos de salud y sueño sin ataduras económicas. Su peso reducido lo hace cómodo para llevar durante el día y la noche, mientras que el diseño sencillo favorece un uso continuo. El principal desafío radica en la duración de la batería, que con cuatro días obliga a una rutina de carga más frecuente que otros dispositivos similares.
La llegada del Luna Ring 2 abre un escenario más competitivo. Según Tom’s Guide, la nueva generación mantendrá el precio en torno a los 300 USD, pero mejorará la autonomía con hasta 30 días de uso gracias al estuche cargador. El hecho de que se mantenga la política de kit de tallas gratuito refuerza la accesibilidad de la propuesta frente a rivales que añaden costes adicionales. El paso de una autonomía justa a una solución más flexible podría convertir al Luna Ring en un competidor real frente a gigantes como Oura o Samsung.
Reflexiones adicionales
El mercado de los anillos inteligentes está entrando en una fase de diversificación en la que no todos los modelos se diferencian por potencia tecnológica, sino también por la estrategia de precios y accesibilidad. En este contexto, el Luna Smart Ring representa una apuesta interesante: no es perfecto en batería ni en software, pero ofrece una experiencia completa sin exigir pagos recurrentes. Esta característica responde a una demanda creciente de consumidores que buscan evitar la dependencia de suscripciones en productos de salud y bienestar.
El futuro inmediato del Luna Ring dependerá de la consolidación de la segunda generación. Si logra corregir las limitaciones de autonomía y mejora la estabilidad de su aplicación, puede ganarse un hueco relevante en el sector. Como ya destacaba WIRED, los anillos inteligentes están avanzando como alternativa real a los relojes de seguimiento y, con propuestas como esta, se abre un abanico más amplio para quienes buscan dispositivos discretos, funcionales y sostenibles en el tiempo.
