Honor ha dado un paso inesperado en el mercado de los smartphones con el Honor V Purse Pro, un dispositivo que incorpora una cámara desplegable con brazo robótico. Este mecanismo, capaz de rotar y estabilizarse automáticamente, permite tomas que hasta ahora solo eran posibles con accesorios externos o cámaras profesionales. Presentado en octubre de 2025, el terminal promete una nueva experiencia fotográfica gracias a su sistema motorizado de precisión, su sensor de 1 pulgada y un software de inteligencia artificial entrenado para optimizar la captura en movimiento. Con ello, Honor busca situarse a la cabeza del sector en un momento en que los móviles plegables, modulares y con cámaras emergentes parecen haber alcanzado un punto de saturación tecnológica.

Una cámara que se mueve como una extensión del brazo

El Honor V Purse Pro se distingue de cualquier otro smartphone actual por integrar una cámara con brazo robótico retráctil, una pieza mecánica de apenas 5,6 milímetros de grosor que se despliega desde el lateral del dispositivo. Este brazo está compuesto por un conjunto de microactuadores electromecánicos y un eje con rotación de 270 grados, lo que permite capturar imágenes desde ángulos antes imposibles sin girar físicamente el teléfono.

El sistema combina sensores giroscópicos y un motor de estabilización activa con tres ejes, ofreciendo una precisión de movimiento de ±0,1 grados. Esto no solo mejora la grabación de vídeo, sino que también facilita el seguimiento automático de sujetos mediante el reconocimiento facial y corporal. La cámara principal, un sensor IMX989 de 1 pulgada y 50 megapíxeles, aprovecha la movilidad del brazo para mantener el foco dinámico, una función inspirada en los gimbals profesionales usados en cinematografía.

Según información publicada por CNBC, el brazo robótico está diseñado para soportar más de 100.000 ciclos de apertura sin fallos mecánicos, lo que equivaldría a varios años de uso intensivo. Esta durabilidad, junto con el sistema de refrigeración líquida del módulo, indica que Honor no ha improvisado: es una apuesta seria por un nuevo formato de cámara móvil.

Fotografía y vídeo: más allá de la óptica convencional

En términos técnicos, la cámara del V Purse Pro no solo destaca por su movilidad, sino también por la forma en que fusiona la óptica mecánica con la visión por computador. Honor ha incorporado un procesador de imagen dedicado, el HiVision X3, optimizado para el reconocimiento de escenas en tiempo real. Este chip procesa hasta 12 billones de operaciones por segundo (TOPS), permitiendo un seguimiento fluido incluso en entornos con poca luz o movimientos bruscos.

El resultado son vídeos más estables y fotografías con mejor rango dinámico. La cámara puede desplazarse automáticamente alrededor de un objeto para crear efectos de paralaje 3D, una técnica que antes requería varios dispositivos o un sistema multicámara. El software también incluye un modo de “filmación asistida”, en el que el brazo se mueve para mantener la composición según las reglas de los tercios o la orientación del horizonte, algo similar a lo que ya ofrecen drones como los de DJI, pero miniaturizado.

El sistema permite incluso grabaciones panorámicas de 180 grados sin mover el teléfono, ya que el brazo puede rotar de forma controlada para capturar la escena completa. Este tipo de innovación recuerda a los primeros móviles con gimbal integrado, como el Vivo X50 Pro, pero el concepto del Honor va un paso más allá: la cámara no solo se estabiliza, se mueve deliberadamente para mejorar el resultado.

Diseño y rendimiento: un híbrido entre móvil y herramienta creativa

Aunque el protagonista del dispositivo es su cámara, el Honor V Purse Pro mantiene un diseño premium característico de la marca. Su chasis está fabricado en una aleación de magnesio y titanio con acabado cerámico, y su peso apenas supera los 220 gramos, pese al brazo mecánico. La pantalla OLED de 7,8 pulgadas con resolución 2K y frecuencia de 120 Hz ofrece una experiencia visual de alta gama, especialmente útil para la edición de contenido.

El procesador Qualcomm Snapdragon 8 Gen 4 impulsa el rendimiento general del terminal, acompañado de 12 GB de RAM LPDDR5X y almacenamiento interno de hasta 1 TB. Gracias al sistema de disipación dual, el dispositivo puede sostener cargas de trabajo intensivas —como grabaciones prolongadas en 4K— sin sobrecalentarse.

En cuanto a la autonomía, la batería de 5200 mAh con carga rápida de 100 W permite pasar del 0 al 60 % en apenas 15 minutos, según los datos preliminares de Honor. Esto es esencial para creadores de contenido que graben en exteriores o durante viajes, un público objetivo claro para este modelo.

Una apuesta por la robótica de precisión en el bolsillo

Lo más destacable del Honor V Purse Pro es la integración de un sistema robótico de precisión en un cuerpo tan compacto. De acuerdo con Android Authority, el brazo utiliza una arquitectura modular basada en actuadores lineales piezoeléctricos, similares a los empleados en instrumentos quirúrgicos o en lentes telescópicas de cámaras de observación.

Estos actuadores son capaces de generar movimientos extremadamente finos, del orden de micrómetros, con un consumo mínimo de energía. Cada módulo se controla mediante un sistema de retroalimentación háptica que ajusta la fuerza y el ángulo en tiempo real. En conjunto, el brazo puede posicionar la cámara en más de 50 posiciones predefinidas, lo que abre posibilidades creativas inéditas para la fotografía móvil.

Honor también ha introducido una API abierta para desarrolladores, lo que permitirá que aplicaciones de terceros aprovechen las funciones mecánicas del brazo robótico. Por ejemplo, podrían desarrollarse apps de escaneo 3D, de análisis de movimiento o de grabación automática para deportes.

Inteligencia artificial al servicio del movimiento

La sincronización entre la cámara y el brazo depende de un modelo de inteligencia artificial entrenado con más de 10 millones de secuencias de vídeo, capaz de anticipar el movimiento de los objetos en el encuadre. Este sistema, denominado Honor MotionPredict, utiliza aprendizaje profundo para calcular la trayectoria y ajustar el ángulo del brazo antes de que el usuario lo haga manualmente.

Durante la grabación, el sistema analiza hasta 240 fotogramas por segundo, aplicando correcciones de movimiento con una latencia inferior a 20 milisegundos. En términos prácticos, esto significa que el brazo puede girar suavemente para seguir a una persona que se mueve lateralmente sin que la imagen pierda nitidez ni equilibrio.

El software fotográfico también emplea técnicas de reconstrucción volumétrica, generando un modelo 3D de la escena que permite reenfocar o cambiar el punto de vista en postproducción. Aunque estas funciones consumen mucha energía, Honor ha optimizado el rendimiento mediante un coprocesador NPU específico, evitando una degradación significativa de la batería.

Impacto en la industria móvil

La aparición de una cámara robótica integrada marca un nuevo rumbo en el diseño de smartphones. Durante los últimos años, las mejoras en fotografía móvil se han centrado en el procesamiento digital, dejando de lado la innovación mecánica. Honor ha recuperado ese componente tangible, aportando una dimensión física al control de imagen.

Expertos en óptica móvil señalan que la precisión de movimiento del brazo robótico del V Purse Pro es comparable a la de un gimbal de gama media, pero en un formato 90 % más compacto. Esto podría influir en futuras líneas de diseño de marcas como Oppo, Xiaomi o Samsung, que ya han explorado módulos rotatorios y cámaras bajo pantalla.

A nivel de mercado, la estrategia de Honor se alinea con su intención de consolidarse como marca premium independiente tras su separación de Huawei. El V Purse Pro, más que un experimento, actúa como escaparate tecnológico para demostrar la capacidad de ingeniería de la compañía.

Reflexiones finales

El Honor V Purse Pro no es un smartphone convencional. Es una declaración de intenciones sobre hacia dónde podría evolucionar la fotografía móvil: una combinación de robótica, óptica avanzada e inteligencia artificial. Su brazo mecánico no sustituye la creatividad humana, pero amplía el margen de lo que puede hacerse sin accesorios externos.

En un momento en que las cámaras de los teléfonos compiten principalmente por la calidad de software o por el tamaño del sensor, Honor ha apostado por una solución tangible, mecánica y precisa. Si este concepto logra la fiabilidad que promete, podría marcar el inicio de una nueva categoría de dispositivos híbridos entre teléfono y herramienta de creación audiovisual.

El reto para la marca será mantener el equilibrio entre innovación y durabilidad, un aspecto crítico en sistemas con partes móviles. Pero el hecho de que Honor haya desarrollado un mecanismo tan complejo sin comprometer el diseño o el peso indica que la miniaturización electromecánica sigue teniendo mucho que ofrecer.

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