El SpecFive Strike es un dispositivo portátil con un corazoncito de Raspberry Pi Compute Module 4, que integra un teclado QWERTY físico, una pantalla táctil de 4,3 pulgadas, una batería de 5 000 mAh y conectividad mediante redes mesh basadas en LoRa a 915 MHz. Está orientado a quienes necesitan comunicarse en entornos sin cobertura móvil, empleando el protocolo Meshstastic para transmitir mensajes de texto y pequeños paquetes de datos de forma descentralizada. Con unas dimensiones de 120 × 150 × 25 mm y un peso de 390 gramos, su diseño busca equilibrio entre robustez y portabilidad. La autonomía se sitúa entre tres y seis horas de uso continuo, dependiendo de la intensidad del trabajo de procesador, la actividad de la radio y el brillo de pantalla. En cuanto al precio nos parece que es un producto realmente caro ya que la versión básica ronda los 380 dólares estadounidenses, mientras que la opción con tarjeta microSD de 32 GB y sistema preinstalado se eleva hasta unos 410 dólares.

Arquitectura del dispositivo y su uso

En el núcleo del Strike se encuentra el Raspberry Pi Compute Module 4, que incorpora un procesador Broadcom BCM2711 de cuatro núcleos ARM Cortex-A72 a 1,5 GHz. Esta elección permite ejecutar sistemas operativos completos basados en Linux y habilita un nivel de flexibilidad superior al de generaciones previas de la propia marca, que dependían de microcontroladores más limitados como el ESP32. Según detalla Liliputing, esta transición hacia una plataforma de cómputo más potente convierte al dispositivo en una suerte de miniordenador capaz de gestionar multitarea, servicios de red y entornos gráficos.

El módulo de comunicaciones SX1262 que utiliza el Strike opera en la banda de 915 MHz y habilita redes LoRa de largo alcance que funcionan en configuración mesh, permitiendo que cada nodo actúe como repetidor de datos. La base tecnológica se apoya en Meshstastic, un protocolo de código abierto que se ha popularizado entre comunidades de entusiastas precisamente por permitir comunicación descentralizada sin depender de la infraestructura de operadores móviles.

Especificaciones clave en detalle

El dispositivo se presenta en un formato de 120 × 150 × 25 mm con un peso de 390 gramos, algo más voluminoso que un smartphone convencional pero razonable al incorporar una batería de 5 000 mAh y módulos de radio adicionales. La pantalla táctil de 4,3 pulgadas permite manejar interfaces gráficas básicas y visualizar mensajes o mapas, mientras que el teclado físico QWERTY facilita introducir texto de forma continua, algo poco habitual en dispositivos de este nicho.

La autonomía oscila entre tres y seis horas en uso sostenido, aunque la cifra varía según se mantenga activo el módulo LoRa, el brillo de la pantalla y la carga computacional del procesador. El equipo ofrece conectividad física mediante un puerto USB 2.0 para datos, un conector USB de carga, un jack de audio de 3,5 mm y una ranura microSD para almacenamiento adicional. De acuerdo con la documentación del Raspberry Pi Compute Module 4, el procesador BCM2711 puede alcanzar un consumo máximo de alrededor de 7 W en condiciones de uso intensivo, lo que explica la necesidad de una batería relativamente grande pese a la autonomía moderada.

LoRa mesh networking con Meshstastic

La incorporación de LoRa aporta ventajas significativas en escenarios donde la cobertura celular no existe o es insuficiente. En entornos rurales y de baja densidad de infraestructuras, la señal en 915 MHz puede recorrer varios kilómetros en condiciones óptimas de línea de vista, lo que permite que dos usuarios mantengan comunicación básica a distancias donde WiFi o Bluetooth resultarían inútiles. Además, el consumo energético es bajo en comparación con radios móviles de mayor ancho de banda, ya que LoRa está optimizado para transmitir paquetes pequeños de datos con eficiencia.

El carácter descentralizado de las redes mesh con Meshstastic incrementa la resiliencia: si un nodo falla, otro puede reenviar la información, lo que resulta estratégico en emergencias o catástrofes naturales. Sin embargo, las limitaciones son evidentes. La velocidad de transmisión es reducida y no permite usos como el streaming de vídeo, de modo que su ámbito queda restringido a mensajería ligera, coordenadas o telemetría de sensores. Asimismo, el verdadero valor de la red depende de la densidad de nodos compatibles presentes en la zona, de modo que un usuario aislado apenas obtendrá beneficio. Por último, la autonomía del Strike, pese a su batería generosa, no se extiende más allá de una jornada de trabajo si se mantiene la radio en operación continua.

Enfoque sobre el producto principal: SpecFive Strike

El Strike destaca dentro de su categoría porque combina un hardware relativamente potente con un planteamiento modular y abierto. No se trata de un simple terminal de mensajería, sino de un ordenador Linux portátil con capacidad para ejecutar software adicional, gestionar almacenamiento externo y comunicarse tanto por redes tradicionales como por LoRa. El teclado QWERTY físico, pensado para escritura con los pulgares, resulta esencial para introducir textos más largos sin depender únicamente de la pantalla táctil.

El diseño sacrifica la delgadez extrema en favor de incorporar componentes más sólidos y una batería de mayor capacidad. Sus 390 gramos lo sitúan lejos de la ligereza de un teléfono móvil, pero si se compara con el volumen de equipos de radio tradicionales que ofrecen funciones similares, el Strike es relativamente compacto. Su precio, entre 380 y 410 dólares según la configuración, lo coloca en un segmento de entusiastas y profesionales que valoran la independencia de red más que la relación coste-rendimiento frente a un smartphone convencional.

Casos de uso sugeridos

Este dispositivo resulta útil para excursionistas y montañistas que requieran comunicación fuera de cobertura, para brigadas de emergencia que necesitan coordinarse en escenarios donde las redes convencionales han colapsado, o para investigadores que operan en áreas remotas. También puede interesar a periodistas que trabajen en contextos de censura o a comunidades que desean experimentar con redes libres. El carácter abierto de la plataforma basada en Raspberry Pi permite además que aficionados y makers desarrollen software propio o integren el equipo en proyectos más amplios de monitorización ambiental o despliegues de IoT distribuidos con Meshstastic como base.

Reflexiones adicionales

El SpecFive Strike ilustra cómo se pueden combinar tecnologías de hardware abierto y protocolos de baja potencia como Meshstastic para habilitar formas de comunicación alternativas. No pretende sustituir a un smartphone, sino cubrir un vacío muy concreto: ofrecer mensajería y transmisión de datos básicos en lugares donde las infraestructuras de telecomunicaciones no llegan o se vuelven poco fiables.

Su diseño introduce retos de usabilidad, desde la autonomía limitada hasta la necesidad de contar con otros nodos cercanos, pero también pone de relieve un interés creciente por dispositivos que priorizan la soberanía digital. En este sentido, el Strike no solo es un gadget para entusiastas, sino un ejemplo de cómo se puede repensar la comunicación personal con base en la descentralización y la resiliencia tecnológica.

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