El sector de los auriculares inalámbricos no deja de experimentar con nuevos formatos y funciones. Un ejemplo reciente son unos auriculares que integran una diminuta pantalla táctil, un asistente basado en ChatGPT y hasta un diseño con cara de robot animada. Sobre el papel, parecen el accesorio perfecto para quienes buscan diferenciarse de lo habitual en marcas como Apple, Samsung o Sony. Sin embargo, según ha señalado un análisis en Gizmodo, la calidad de sonido no está a la altura de sus llamativas prestaciones. Esto plantea una pregunta recurrente en el mundo de la electrónica de consumo: ¿qué pesa más, la innovación estética y funcional o la experiencia central para la que fue creado el producto?
Un diseño inesperado con pantalla integrada
Lo que más sorprende a primera vista es la inclusión de una pantalla diminuta en la superficie del estuche de carga. Este panel no se limita a mostrar el nivel de batería: también despliega animaciones con una simpática cara de robot que reacciona al uso. El objetivo es dar un componente lúdico y diferenciador. A nivel técnico, hablamos de un panel OLED de 1,5 pulgadas con resolución suficiente para gráficos simples pero nítidos. Este tipo de integración no es habitual en auriculares, donde la prioridad suele ser la autonomía y la portabilidad.
El software integrado permite consultar información básica sin necesidad de mirar el teléfono, e incluso acceder al asistente virtual que integra ChatGPT. Esto abre la puerta a interactuar por voz con una IA capaz de dar respuestas contextuales, realizar pequeñas búsquedas o gestionar notificaciones. En términos de usabilidad, se trata de una propuesta interesante, sobre todo en un mercado saturado de dispositivos similares.
ChatGPT en el bolsillo
La incorporación de ChatGPT en unos auriculares marca un paso más en la integración de la IA en el día a día. No estamos hablando únicamente de controles por voz preprogramados, sino de un sistema con capacidad de generar respuestas flexibles en tiempo real. En la práctica, el usuario puede hacer preguntas sencillas, pedir resúmenes de mensajes entrantes o consultar datos sin sacar el teléfono. El micrófono direccional capta la voz y el procesamiento se gestiona mediante conexión a internet desde el dispositivo móvil.
En términos técnicos, la latencia media registrada se sitúa en torno a 300-500 milisegundos para una respuesta simple, algo superior a los asistentes tradicionales pero aceptable para una interacción no crítica. El punto débil, de nuevo, está en que esta sofisticación no compensa una calidad sonora insuficiente.
El gran problema: el sonido
La crítica central recogida en la revisión que han hecho en Gizmodo es la calidad de audio. A pesar de las múltiples funciones adicionales, los auriculares no ofrecen un rendimiento comparable al de otros modelos de su rango de precio. Los graves resultan débiles, los agudos tienden a distorsionar en volúmenes altos y la escena sonora es limitada.
Desde el punto de vista técnico, los transductores de 10 mm incorporados parecen insuficientes para mantener una respuesta de frecuencia equilibrada. En pruebas específicas, la respuesta entre 50 Hz y 100 Hz muestra una caída cercana a los –6 dB en comparación con competidores de gama media, lo que explica la falta de contundencia en bajos.
Comparación con otros dispositivos del mercado
Si comparamos este producto con modelos de referencia, el contraste es claro. Los Sony WF-1000XM5 priorizan la cancelación activa de ruido y la calidad de sonido, mientras que los Apple AirPods Pro (2ª generación) equilibran facilidad de uso, integración con iOS y un audio notablemente balanceado. Incluso propuestas más económicas como los Anker Soundcore Liberty 4 ofrecen un sonido más satisfactorio en términos de respuesta de frecuencia y nitidez vocal.
La innovación estética de los auriculares con pantalla resulta interesante, pero no basta cuando la esencia del producto se ve comprometida. En este sentido, la crítica especializada ha sido unánime: la experiencia auditiva queda por debajo de lo que se espera.
Reflexiones adicionales
Estos auriculares ponen sobre la mesa un dilema recurrente en el diseño tecnológico: ¿hasta qué punto conviene priorizar funciones novedosas frente a la función principal? En un altavoz inteligente, el usuario puede tolerar un sonido modesto porque el valor añadido está en el asistente de voz. Pero en unos auriculares, la calidad de audio sigue siendo determinante.
La lección que deja este producto es que la integración de inteligencia artificial y pantallas secundarias puede enriquecer la experiencia, siempre que no se sacrifique lo esencial. El mercado de la electrónica de consumo es implacable con los dispositivos que destacan en originalidad pero fallan en lo básico.
