Smartink I es una funda para iPhone —proyecto lanzado vía crowdfunding desde Hong Kong— que integra una pantalla de tipo tinta electrónica (“e-paper”) en la parte trasera del dispositivo. Esta pantalla secundaria permite mostrar contenidos como e-books, listas de la compra, notas, entradas o códigos QR sin necesidad de encender la pantalla principal del móvil. Según el fabricante, su batería interna de 300 mAh permite hasta diez horas continuas de lectura, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes buscan una experiencia “tipo lector” sin cargar con un dispositivo extra.

¿Qué aporta Smartink I?

La clave de Smartink I reside en su pantalla e-paper: una tecnología ya conocida por su bajo consumo y excelente legibilidad en entornos con luz ambiental intensa, ideal para sesiones prolongadas de lectura. A nivel técnico, la pantalla solo consume energía cuando la imagen cambia (por ejemplo, al pasar de página), lo que permite ahorrar batería comparado con una pantalla OLED o LCD tradicional del smartphone. Esto significa que, para lecturas estáticas —libros, documentos, listas— puedes dejar apagada la pantalla principal del iPhone y confiar en la tinta electrónica trasera para visualizar el contenido.

La comunicación entre el iPhone y la funda se realiza mediante Wi-Fi o Bluetooth, gestionada a través de una app gratuita. Dicha app permite transferir libros electrónicos, notas u otros archivos a la pantalla e-paper, y también ofrece funciones extra: por ejemplo dictado de texto, traducción automática o generación de imágenes con IA. En la versión gratuita, se ofrece un tiempo limitado de uso para funciones avanzadas (como traducción o generación de imágenes), y para ampliar estas funciones será necesario contratar una suscripción (desde aproximadamente 1,10 € al mes).

Para algunos usos —mostrar entradas, QR, listas breves o notas— puede tener sentido, pero hay una limitación técnica importante: la pantalla trasera integrada mide solo 3,97 pulgadas, debido al espacio ocupado por el módulo de cámara. Eso la hace considerablemente más pequeña que la pantalla frontal del iPhone, lo que limita la comodidad de leer un libro completo o documentos extensos. Por este motivo, aunque la idea es interesante, Smartink I parece más adecuada para usos ocasionales o complementarios que para sustituir un lector dedicado de forma permanente.

Dónde encaja (y qué no ofrece)

Smartink I resulta ideal para quienes quieren un dispositivo “todo-en-uno”: un móvil con la comodidad de una pantalla e-paper para ciertos usos (lectura ligera, notas, entradas, listas…) sin tener que llevar un e-reader adicional. En teoría puede ahorrar batería cuando se usa principalmente la tinta electrónica, y la comunicación inalámbrica con el iPhone permite mantener la funcionalidad del teléfono intacta.

Sin embargo, no ofrece algunas de las ventajas fundamentales de un lector dedicado: la pantalla sigue siendo pequeña (3,97″), lo que afecta significativamente al confort en lecturas largas; no está claro que pueda manejar múltiples formatos complejos (PDF de gran tamaño, cómics, etc.) con comodidad; y las funciones avanzadas dependen de una suscripción, lo que puede limitar su atractivo a largo plazo. En el fondo, Smartink I destaca por su originalidad y versatilidad, pero no tanto por sustituir de forma completa a un lector tradicional.

Contextualización en el mercado reciente

La idea de combinar smartphone y lector no es nueva. En 2024, otra empresa —Astropad— lanzó un accesorio llamado Bookcase que convierte un smartphone (iPhone o Android) en un e-reader “ergonómico”: no añade tinta electrónica, sino que adapta la forma del dispositivo para que se sostenga y se use como si fuera un libro. La Bookcase incluye incluso un chip NFC para lanzar automáticamente una app de lectura al colocar el teléfono en la funda; pero, como reconocen varios medios, “no ofrece los beneficios reales de un e-reader como pantalla de tinta electrónica o mayor autonomía”

En contraste, Smartink I apuesta por implementar una verdadera pantalla e-paper, lo que apunta a una experiencia más cercana a la de un lector dedicado. Aun así, el tamaño reducido de la pantalla limita su utilidad como sustituto completo del smartphone o de un e-reader. Esta diferencia ilustra hasta qué punto “convertir un móvil en e-reader” puede significar cosas muy distintas dependiendo del enfoque: una carcasa ergonómica, o una pantalla real de tinta electrónica.

Reflexiones finales

Smartink I representa una apuesta interesante por acercar la funcionalidad de lector electrónico al smartphone, con todas las ventajas de tener siempre a mano un dispositivo único. Técnicamente, la integración de una pantalla e-paper con batería propia y comunicación inalámbrica es un acierto que puede ahorrar energía y ganar versatilidad. Pero el tamaño limitado de la pantalla y la dependencia de una app para el flujo de trabajo hacen que no sea ideal para reemplazar un lector clásico en lecturas intensas o documentos largos.

En mi opinión, Smartink I tiene sentido para usuarios que buscan comodidad puntual —lecturas breves, notas, QR, entradas— sin complicarse con varios dispositivos. Pero si lo que deseas es leer novelas, artículos largos o documentos, un e-reader dedicado sigue siendo más adecuado. El futuro de estos accesorios dependerá de si los fabricantes apuestan por pantallas e-paper más grandes, mejor soporte de formatos y optimización del ecosistema.

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