Investigadores de la Universidad de Australia del Sur (UniSA) y la Universidad de Zhengzhou (China) han desarrollado una película bioplástica biodegradable capaz de bajar la temperatura exterior de un edificio hasta 9,2 °C en plena luz solar, sin consumir energía eléctrica. Esta innovación refleja hasta el 98,7–99 % de la radiación solar y permite que el calor interior escape al espacio, reduciendo el consumo energético en climatización hasta un 20 % anual en ciudades cálidas. La película está fabricada con ácido poliláctico (PLA), un bioplástico de origen vegetal, y soporta condiciones extremas como 120 h en ácido fuerte o el equivalente a ocho meses de exposición UV. Su rendimiento permanece alto tras esas pruebas. En este artículo explicamos cómo funciona, los datos técnicos clave (emisión térmica, reflectancia, conductividad), aplicaciones prácticas y posibles beneficios medioambientales y económicos.

Qué es y cómo funciona la película de enfriamiento

El producto principal es una biopelícula metafilm, fabricada a partir de PLA mediante un proceso de separación a baja temperatura. Su estructura es porosa y bi‑continua, lo que maximiza la difusión de luz y su emisión térmica. En laboratorio, la película refleja el 98,7 % de la luz solar y tiene una conductividad térmica ultra baja de unos 0,049 W·m⁻¹·K⁻¹, gracias a una porosidad del 84,6 %, lo que expulsa calor desde el interior al exterior incluso bajo el sol directo.

Los ensayos muestran que bajo radiación solar intensa la temperatura superficial puede descender hasta 9,2 °C por debajo del ambiente, con una media de reducción de 4,9 °C durante el día y 5,1 °C por la noche. Además, la película mantiene esa capacidad incluso tras 120 horas de inmersión en ácido y ocho meses de radiación ultravioleta simulada, con enfriamiento sostenido de entre 5,0 °C y 6,5 °C.

Según simulaciones para ciudades como Lhasa, la implementación sobre techos o fachadas podría reducir el consumo anual de energía en climatización hasta un 20–20,3 %.

Detalles técnicos y cifras destacadas

La fabricación de esta película utiliza PLA (ácido poliláctico), un bioplástico derivado de plantas como el maíz o la caña de azúcar. Ese material es tratado mediante un proceso de cristalización a –20 °C y separación en fases con etanol, generando una estructura estable y degradable.

En cuanto al rendimiento térmico:

  • Reflectancia solar: ≈ 98,7–99 %

  • Emisión térmica en rango atmosférico: alta eficiencia radiativa

  • Conductividad térmica: ≈ 0,049 W·m⁻¹·K⁻¹

  • Potencia de enfriamiento medida: hasta 136 W/m² en condiciones de sol pico.

  • Durabilidad tras test extremos: mantiene funcionamiento tras ácido fuerte y 8 meses equivalentes de UV.

Estas características hacen de la película una tecnología pasiva de enfriamiento por radiación diurna avanzada, sin componentes mecánicos ni consumo eléctrico. Es una solución técnica bien cuantificada para reducir temperatura superficial y demanda energética.

Aplicaciones prácticas y sostenibilidad

Este producto bioplástico encuentra múltiples aplicaciones: revestimientos en edificios, cubiertas de transporte, incluso sistemas agrícolas o dispositivos electrónicos que necesiten gestión térmica. Sus propiedades lo hacen ideal para regiones con clima cálido y alta radiación solar.

Desde una perspectiva ecológica, al ser biodegradable, se evita el uso de polímeros petroquímicos o materiales cerámicos con posibles impactos ambientales. Además, al operar sin electricidad, ofrece una alternativa limpia frente a los aires acondicionados, reduciendo emisiones indirectas de CO₂. La degradabilidad del PLA facilita el ciclo de vida sostenible.

Reflexiones adicionales

La introducción de esta película supone una forma de aplicar la refrigeración radiativa pasiva de alto rendimiento sin energía, basada en principios físicos antiguos pero mejorada con diseño moderno. A diferencia de sistemas como muros con cerámica absorbente o techos blancos, esta biopelícula combina reflectancia casi total del sol con emisión térmica eficaz.

En comparación con otras investigaciones, como los aerogeles biodegradables o películas ultrablancas hechas de almidón, este material muestra valores superiores de reflectancia, emisiones controladas y durabilidad (~8 meses equivalentes de UV). También se asemeja a paneles de enfriamiento desarrollados en Stanford (potencia superior a 100 W/m²) aunque ceux utilizan nanoestructuras fotónicas no biodegradable.

Finalmente, aunque no reemplaza completamente sistemas activos de climatización, especialmente en climas húmedos o muy extremos, podría actuar como una capa de sombra térmica pasiva en edificios nuevos o renovaciones, con ahorros energéticos del orden del 20 % y una huella ambiental reducida.
Descubre cómo una película bioplástica basada en PLA puede reducir hasta 9 °C la temperatura de edificaciones sin consumir energía y ahorrar un 20 % anual en climatización.

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