Cada 26 segundos, la Tierra emite un suave temblor detectable únicamente por sismógrafos sofisticados. Este fenómeno, conocido como “microseísmo”, fue documentado por primera vez en los años sesenta y sigue sin explicación concluyente, pese al tiempo transcurrido. Las teorías más plausibles apuntan a efectos de olas oceánicas contra un estante continental, actividad volcánica o sistemas hidrotermales resonantes. Este artículo examina el estado actual de la investigación, las hipótesis bajo estudio y por qué sigue siendo un enigma fascinante para los científicos del planeta.
Un pulso persistente desde los años sesenta
El fenómeno fue descubierto por el geólogo Jack Oliver en la década de 1960 en el observatorio Lamont-Doherty, quien detectó una vibración rítmica que se repetía cada 26 segundos en los registros sísmicos. Aparecía con mayor intensidad en épocas del hemisferio norte durante verano, y del hemisferio sur durante su invierno.. Desde entonces, esta señal constante ha sido objeto de estudio, aunque no ha recibido gran prioridad debido a su naturaleza indetectable para las personas y su aparente inocuidad.
¿De dónde proviene? Teorías en juego
Una de las explicaciones más mencionadas proviene del entorno marino del Golfo de Guinea, concretamente la Bahía de Bonny. Se cree que el choque de olas contra el borde del talud continental podría generar una vibración rítmica que induce este pulso sísmico. Otra hipótesis apunta a posibles sistemas volcánicos o hidrotermales subterráneos, cuyas cavidades resuenan con una frecuencia de 26 segundos como un instrumento… o como un interminable clarinete enterrado en la Tierra. En particular, la idea de una “zona resonante” sellada por una tapadera por la que el gas escapa a intervalos regulares permanece como modelo plausible.
Un enigma que persiste
A pesar de los años de observación y análisis, no se ha llegado a un consenso científico en torno al origen del microseísmo. Investigaciones recientes destacan dos fenómenos relacionados: el pulso de 26 segundos en sí y un temblor “deslizante” que cambia de frecuencia gradualmente durante horas o días. Este par de señales sugieren una fuente compleja y posiblemente más de un mecanismo actuando simultáneamente. Hasta ahora, la comunidad científica mantiene el pulso como una incógnita abierta, sin respuesta firme.
El pulso en perspectiva científica
Este fenómeno ha captado la atención de medios como Popular Mechanics y Discover Magazine, que subrayan la persistencia y misterio del pulso sísmico.El misterio ha trascendido al ámbito científico, despertando curiosidad entre el público general y comunidades en foros como Reddit, donde se reconoce su naturaleza fascinante pero difícil de explicar. El pulso se ha mantenido durante décadas, acompañando al planeta en un compás oculto que apenas notamos, pero que nos recuerda la complejidad del funcionamiento interno de nuestro mundo.
Conclusión
La Tierra tiene un latido casi imperceptible: un microseísmo que resuena cada 26 segundos. Detectado por primera vez en los años sesenta, su origen sigue siendo un misterio. Las teorías más sólidas apuntan a fenómenos como las olas oceánicas sobre un talud continental, sistemas hidrotermales o estructuras volcánicas resonantes. La persistencia del pulso y la falta de una explicación definitiva mantienen la fascinación de científicos y aficionados, dejando aún muchas preguntas por responder sobre los mecanismos profundos que operan bajo nuestros pies.
