El Rabbit R1 nació como un asistente de inteligencia artificial de bolsillo con mucho estilo gracias a la colaboración de Teenage Engineering. Con pantalla de 2,88 pulgadas, rueda lateral y botón de voz, su propuesta inicial parecía ambiciosa: un dispositivo que hiciera tareas por ti. Sin embargo, la experiencia real fue criticada por ser lenta y poco intuitiva. Ahora llega rabbitOS 2, una actualización mayor que rediseña la interfaz con un sistema de tarjetas táctiles y, sobre todo, introduce “creations”, la función que permite crear aplicaciones y juegos simplemente hablando al dispositivo. Rabbit lo llama vibe coding, pero en la práctica significa describir lo que quieres y dejar que el R1 lo convierta en software ejecutable en minutos. Con ello, el R1 deja de ser un simple asistente para transformarse en una pequeña consola de creación interactiva que cabe en el bolsillo.
Un nuevo aire para el Rabbit R1
La actualización rabbitOS 2 cambia radicalmente la experiencia de usuario del R1. Hasta ahora, la navegación era casi exclusivamente por voz, lo que resultaba incómodo y poco eficiente. Con la nueva versión, se ha implementado una interfaz basada en tarjetas de colores que pueden recorrerse con la pantalla táctil o con la rueda lateral. Este sistema recuerda a pasar fichas en un archivador y convierte la interacción en algo mucho más visual y directo.
En términos técnicos, cada tarjeta es un contenedor de funciones, optimizado para la pantalla LCD de 2,88 pulgadas. El procesador interno puede renderizar varias al mismo tiempo y la rueda mecánica facilita un desplazamiento preciso, reduciendo la latencia a menos de 50 ms en la transición. Además, se ha añadido un panel superior de ajustes rápidos con controles básicos como volumen, Wi-Fi o brillo.
La otra gran novedad es la multimodalidad. Ahora el R1 acepta voz, texto e imágenes en una misma consulta. Esto significa que puedes tomar una foto, añadir un comentario de voz y obtener una respuesta enriquecida en pantalla. La IA integrada muestra el resultado en tarjetas visuales y además almacena grabaciones de reuniones con resúmenes automáticos accesibles sin conexión (Business Wire).
Creations: apps instantáneas sin programar
La característica estrella de rabbitOS 2 es Creations, donde entra en juego el concepto de vibe coding. En esencia, el usuario solo necesita describir en voz alta qué tipo de aplicación quiere y el R1 la genera en cuestión de minutos. Por ejemplo, puedes decir: “Hazme un temporizador de 10 minutos con un pitido al final”, y el sistema crea la interfaz con el botón de inicio, cuenta regresiva y alarma sonora (Android Headlines).
Este proceso implica un flujo técnico complejo: un modelo de lenguaje entrenado para convertir descripciones naturales en código, un motor que compila la aplicación y un entorno sandbox que la ejecuta de forma segura en el propio R1. Todo ello sucede sin que el usuario vea ni una línea de programación.
Ejemplo práctico de vibe coding
Entrada del usuario: el propietario del R1 pulsa el botón y dicta:
“Quiero un cronómetro que empiece desde cero, tenga un botón de pausa y otro de reinicio, y que muestre el tiempo en minutos y segundos.”Análisis de IA: rabbitOS 2 identifica palabras clave y diseña la estructura de la aplicación.
Generación de código: se compila un script ligero compatible con el motor gráfico del R1.
Ejecución segura: la app se abre en un sandbox sin alterar el sistema base.
Visualización: en la pantalla aparece el cronómetro con botones táctiles para pausar y reiniciar.
Iteración natural: el usuario añade: “Haz que el cronómetro avise con un pitido al llegar a 5 minutos”. El R1 modifica la aplicación y añade la alarma.
El resultado es un programa funcional, creado en menos de cinco minutos y sin conocimiento de programación. Este ejemplo sencillo ilustra cómo el concepto de vibe coding convierte la idea expresada en lenguaje natural en software ejecutable.
El producto en detalle
El Rabbit R1 es un dispositivo compacto de unos 76 × 76 × 13 mm y un peso cercano a 115 g. Su diseño en plástico naranja con estética retrofuturista fue desarrollado junto a Teenage Engineering. Cuenta con:
Pantalla LCD de 2,88 pulgadas.
Rueda mecánica lateral para desplazamiento.
Botón físico para activar la entrada por voz.
Conectividad Wi-Fi (2,4 y 5 GHz) y 4G LTE.
Cámara integrada para fotos y visión asistida.
Hasta ahora, el hardware estaba infrautilizado debido a un sistema operativo limitado. Con rabbitOS 2, esas mismas especificaciones se aprovechan mejor. Por ejemplo, la GPU básica del R1 puede ejecutar pequeños juegos creados por vibe coding, como Pong o Arkanoid, con tasas de 30 fps en resolución nativa. La memoria interna permite almacenar grabaciones y transcripciones, y el micrófono de campo cercano se usa para dictados largos con una tasa de error inferior al 5 % en entornos silenciosos.
El dispositivo se vende por 199 USD, un precio discutido teniendo en cuenta que compite con smartphones mucho más potentes. Sin embargo, Rabbit defiende que el R1 no sustituye al móvil, sino que lo complementa como asistente y ahora también como plataforma creativa.
Reflexiones sobre el futuro del R1
El paso de un gadget limitado a una plataforma generativa plantea varias reflexiones.
En primer lugar, el software ha demostrado ser más determinante que el hardware. El mismo dispositivo criticado por su lentitud ahora ofrece un uso ágil y productivo gracias a un rediseño de interfaz y a la introducción de nuevas funciones.
Segundo, vibe coding abre la puerta a una democratización de la programación. No se trata de sustituir a los programadores, pero sí de acercar la creación de aplicaciones a usuarios sin conocimientos técnicos. Que un dispositivo de bolsillo pueda generar un juego funcional tras escuchar una orden de voz muestra hasta dónde puede llegar la integración de modelos generativos.
Tercero, el R1 ilustra la tendencia hacia dispositivos dedicados. Aunque en teoría una aplicación de smartphone podría ofrecer lo mismo, el hecho de contar con un hardware específico, siempre disponible y optimizado para estas tareas, le da sentido a nivel de experiencia de usuario.
Por supuesto, hay críticas. Algunos analistas señalan que pagar 199 USD por algo que puede hacer un móvil es poco atractivo (Liliputing). Otros destacan que, aunque el software ha mejorado, todavía habrá limitaciones en velocidad y potencia de procesamiento frente a dispositivos de gama media.
Conclusión
El Rabbit R1 con rabbitOS 2 ha pasado de ser un experimento frustrante a una propuesta curiosa y con potencial: un asistente de IA de bolsillo capaz de generar aplicaciones a partir de descripciones habladas. Su interfaz por tarjetas, la multimodalidad y la función Creations convierten a este pequeño gadget en un laboratorio portátil de ideas.
Lo más llamativo no es solo que el dispositivo cumpla con lo que promete, sino que plantea un futuro donde la línea entre “usuario” y “programador” se difumina. Con una simple frase, cualquiera puede dar forma a un software funcional. Y ese es, probablemente, el mayor logro de vibe coding.
